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ARSENIO ALONSO-COLLADA | Presidente de la asociación de geriátricos privados de Asturias (Ascege)

"Falta lo peor y en días podemos quedar sin personal para atender a los residentes"

"Reclamamos igual trato para todos los centros, públicos y privados: material de protección y pruebas inmediatas para los trabajadores"

Arsenio Alonso-Collada. I. COLLÍN

Licenciado en Medicina, máster en Gerontología, en Dirección Hospitalaria y en Calidad y Medio Ambiente, Arsenio Alonso-Collada es el presidente de la Asociación de Centros Geriátricos del Principado (Ascege) -residencias privadas y concertadas en el Principado- y director del Hospital Gijón-Centro Sociosanitario Gijón. También forma parte de la directiva del Círculo Empresarial de Atención a las Personas (CEAP), la patronal a nivel nacional. Una posición que le permite tener una visión de conjunto sobre la pandemia del coronavirus. Las residencias públicas en Asturias tienen algo más de 5.000 plazas públicas y concertadas. El resto, hasta casi 14.000, son de centros privados. La plantilla de trabajadores, en conjunto, se eleva a unos 8.000.

- Usted que está en contacto con el resto de residencias, ¿como están llevando los mayores esta situación de confinamiento?

-La verdad es que en líneas generales los mayores se están portando maravillosamente. Ellos cuentan que fue peor cuando eran niños, en la guerra, porque ahora por lo menos no hay bombas. Ven la situación un poco asustados, pero con resignación y ellos mismos procuran mantener las distancias.

- Ahora no pueden realizar apenas actividades y eso les debe afectar.

-Solamente se realizan aquellas que son imprescindibles y por eso necesitan también mucho trabajo psicológico, para que lleven lo mejor posible no poder tener contacto físico con sus familias, utilizamos las nuevas tecnologías para mantener la comunicación y se buscan fórmulas para mantenerlos animados. Pero la carencia de personal lo dificulta cada día más.

- Los datos que traslada el Principado sobre contagios en las residencias se refieren a los centros públicos. ¿Cuál es la situación en los privados?

-De momento no hay casos, afortunadamente. Se nota el aislamiento, pero aparecerán, porque se importará el virus del exterior. Los trabajadores están expuestos al salir de los centros, y de hecho ya los hay en aislamiento por precaución.

- Usted ha dicho que se espera un aluvión de contagios.

-Sospechamos que se va a producir porque aunque se cumpla con el aislamiento, carecemos de protección. Llevamos atavíos, porque seguimos sin nada, así que nos vemos obligados a fabricarnos mascarillas con tela y tela de babero por encima, hacer trajes con bolsas de basura... No andamos así por la residencia, solo cuando consideramos que es necesario por precaución. El problema es que no sabemos dónde está el virus, y así es muy difícil.

- La Consejería de Derechos Sociales afirmó que ya se está repartiendo equipamiento.

-Nos consta que el viernes se empezaron a repartir en Oviedo, pero nos dicen que aún lo están organizando. Así que seguimos sin nada.

- ¿Se han cometido o se están cometiendo errores?

-Al final, estamos en una guerra para la que no ha habido ensayos. No es como cuando se practica para la evacuación de un edificio. Aquí ni siquiera vemos al enemigo. Es una situación nueva y yo creo que todo el mundo está haciendo como piensa que es lo mejor que se puede hacer.

- Hay fábricas que se ofrecen a producir material, fundamentalmente mascarillas.

-Sí, pero se optó por el decomiso en lugar de buscar empresas que se dedicaran a la fabricación de los materiales de protección. En este caso sí creo que se tendrían que abrir más vías porque el decomiso afecta también a los proveedores y limita los recursos.

- Uno de los factores por los que ha mostrado más preocupación es por el riesgo de carecer de personal suficiente.

-Es que esa situación se puede dar en cuestión de días, porque lo más grave está por llegar. Nosotros planteamos que se hagan pruebas rápidas e inmediatas a todos los trabajadores, de los centros públicos y privados, para detectar el virus lo antes posible. Viendo la situación, he decir que el personal no solo se está comportando con una enorme responsabilidad y profesionalidad, sino también con una valentía inmensa. Nos está pasando que muchos, por contacto en el exterior de las residencias, se tienen que aislar, y lo hacen por responsabilidad, porque no les hacen las pruebas. Y eso nos va a poner en una situación complicada en días.

- ¿Tienen bolsas de trabajo?

-Sí, claro, pero son finitas. Los trabajadores son profesionales, con sus titulaciones, y el problema nos afecta a todos, sean residencias públicas o privadas. Estamos al límite y si no se afronta esta situación a tiempo, nos vamos a quedar sin personal para atender a una población extremadamente vulnerable.

- ¿Se sienten abandonados por la Administración?

-Nosotros lo que decimos es que estamos todos en el mismo barco, con los mismos problemas y aplicando lo que todos creemos que son las soluciones. Y por eso pedimos el mismo trato para todos. Me consta que se hace lo que se puede, y que no hay falta de interés ni de ganas. Todo lo contrario. Pero insisto, son fundamentales los equipos de protección y las pruebas rápidas al personal de los centros.

- Usted mantiene contacto con directores de otros centros de España. ¿Cuál es en su opinión la situación de Asturias en comparación con otras comunidades?

-La suerte que hemos tenido es que al Principado la pandemia llegó más tarde, pero las medidas de prevención, de aislamiento y todo lo demás las adoptamos todos al mismo tiempo. Al llegar más tarde, la tasa de afectados también es menor.

- Muy alejado de lo que ocurre en Madrid.

-La situación allí es terrible. El presidente de la asociación de los centros sociosanitarios, mi homólogo en Madrid, la calificó el otro día de desesperante, y de hecho en la última videoconferencia que mantuvimos los miembros de la directiva de CEAP no pudo evitar llorar.

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