Sánchez advierte de que la ola más dura de la pandemia está todavía por llegar

Sánchez instó a perseverar en la observancia de las limitaciones de desplazamiento impuestas y aseguró que no se endurecerán, del mismo modo que no aludió en ningún momento a una eventual prórroga del estado de alarma, que requeriría la aprobación del Congreso. El jefe del Ejecutivo explicó que el Gobierno ha aplicado la estrategia de la OMS: tratar de contener y frenar la propagación del virus para conseguir tiempo con el que hacer más resistente el sistema de salud y encontrar vacunas.

Con el convencimiento de que los fallecidos y detectados van a aumentar en los próximos días, el líder socialista insistió en que hay "muchos frentes abiertos" y en que, por ello, las administraciones deben buscar soluciones. Ante las críticas y las desavenencias de los gobiernos autonómicos de Cataluña y, en menor medida, de Madrid pidió: "No nos dividamos, ni nos hagamos reproches. Ahora hay que vencer al virus. Ya haremos la reflexión y los cambios necesarios cuando llegue el momento. Ahora hay que mantener la unidad. No voy a polemizar ni con administraciones ni con partidos". El Presidente aseguró que si hay responsables políticos que "marcan distancias", se esforzará en acercarse a ellos. "Si polemizan, conciliaremos", añadió.

Sánchez marcó un frente múltiple de lucha contra el virus. El frente sanitario, donde el problema, dijo, no es tanto la gravedad de la enfermedad como el volumen de personas a las que afecta, ante el que hay que evitar una avalancha que colapse el sistema. Indicó que el esfuerzo actual es dotar a los centros sanitarios de más mascarillas y más respiradores.

El segundo frente es el de la reducción de los contagios para romper "la cadena del virus". Ahí entra en juego el confinamiento en los domicilios. El Presidente explicó que si se reducen los contagios, habrá más medios en los hospitales para conseguir curaciones. "Cada contagio que no se produce rompe la cadena de reproducción del virus", dijo. "Si lo evitamos, salvamos una vida y liberamos una cama, a la vez que ganamos tiempo para reactivar la economía".

"El confinamiento es muy duro, como todo lo que pedimos", admitió. "Vamos a por la segunda semana", recordó, antes de pedir el apoyo mutuo entre ciudadanos. "Ahí no llega la administración", aclaró, sino los familiares y amigos, que son quienes tienen que darse sostén mutuamente. "Si nos quedamos en casa, muchas personas que queremos seguirán respirando".

Un tercer frente es el de la investigación, destinada a la obtención de una vacuna. "Cuando planteemos medidas de desescalada, necesitaremos tener los instrumentos que nos protejan en la nueva cotidianeidad, hasta que llegue la vacuna", dentro de unos meses o de un año, añadió.

Sánchez, que estableció un balance del cumplimiento de las restricciones en función de la reducción del consumo de combustibles y energía eléctrica, así como del aumento de los flujos de internet, admitió que en parte la economía española se está convirtiendo en "economía de guerra", en alusión a las empresas que reconducen su producción para suministrar material sanitario e investigar.

El Presidente, preguntado por si asume toda su gestión de la crisis, respondió afirmativamente. "La asumo hasta que encontremos la vacuna. Los españoles nos evaluarán" cuando llegue el momento, añadió. Sánchez recordó que el mundo se encuentra ante "la emergencia sanitaria más grave del último siglo, para el que la Humanidad no estaba preparada. Se propaga con una velocidad sin precedentes, más alta que una gripe y es más letal que ella", sostuvo el líder socialista en su comparecencia.