Las órdenes de confinamiento para evitar la propagación del COVID-19 no impiden que un gijonés de sesenta años acuda cada día, a veces mañana y tarde, a realizar sus ejercicios a la playa de Poniente. Este hombre, al que la Policía ha interceptado cada día desde que se decretó el estado de alarma, sigue con sus carreras por la arena, paseos en bicicleta, baños en el Cantábrico y hasta se tumba al sol.

Repite esta rutina ante la atónita mirada de los vecinos de la zona, que, desde sus casas, encerrados, contemplan la actividad de este individuo y de los agentes que tratan de razonar con él. No obstante, el último oficio del Ministerio del Interior exime del cumplimiento de las normas a personas con trastornos diagnosticados, como resulta este caso. La orden ministerial sostiene que "se permitirá el movimiento de personas dependientes, con discapacidad intelectual, especialmente vulnerables o con trastornos de conducta diagnosticados, aunque queden fuera de los casos permitidos por el Real Decreto". Es más, el oficio añade que "estas personas podrán estar acompañadas". El bañista de Poniente encaja en esta posibilidad. De hecho, los primeros días, los agentes intervinientes lo llevaron en coche policial o en ambulancia al área de psiquiatría del hospital de Jove, donde poco después le dieron el alta.

El domingo por la mañana, sobre las doce, volvió al arenal en bicicleta. Se puso el bañador y cumplió con sus hábitos. "Viene los 365 días del año, a veces mañana y tarde", relata un vecino desde la ventana. Mientras tomaba el sol, tumbado sobre una toalla, llegó una patrulla de la Policía Local. Se acercaron hasta él y trataron de dialogar, con notable comprensión, paciencia y tratando de razonar que lo más seguro era volver a casa. El hombre, educado y nada violento pero ajeno a cualquier directriz, se quitó el bañador y comenzó a vestirse de nuevo. Antes de irse se puso el casco y bebió agua mientras los agentes esperaban. Le acompañaron a distancia mientras él les decía que iba a aprovechar para ir a comer a casa porque "comer todos los días es muy importante".

Siguen las multas

Entretanto, siguen sucediéndose las multas. La Guardia Civil informó ayer de que en Asturias sus agentes ya han denunciado a 147 personas por incumplir el obligado confinamiento. En Langreo, por su parte, ya suman tres detenidos y 64 sanciones en seis días de estado de alarma. Solo el sábado, la Policía Local procedió a la identificación de 66 personas en las vías públicas del concejo, de las que siete fueron propuestas para sanción.

En Oviedo, solo una unidad de la Policía Nacional sancionó por la mañana a 18 personas, de las que 14 paseaban perros. La Policía Local de Gijón multó el sábado a 45 personas, 30 hombres y 15 mujeres, una cifra inferior a la de los días anteriores, en los que las sanciones no bajaban de sesenta. En Avilés, entre las 15.00 horas del sábado y las 15.00 horas del domingo, la Policía Local denunció a 34 personas por salir a la calle sin motivo.