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Una empresa asturiana fabrica cámaras que toman la temperatura corporal en grupo y sin contacto

Adico, en Siero, ha diseñado esa tecnología pensando en su aplicación en centros de trabajo, edificios públicos, hospitales y lugares con aglomeraciones

Una empresa asturiana fabrica cámaras que toman la temperatura corporal en grupo y sin contacto

La compañía tecnológica asturiana Adico (Asturiana de Desarrollos Informáticos y Comunicaciones), con sede en Meres (Siero), produce cámaras termográficas que toman la temperatura corporal sin contacto, a varias personas a la vez, y con mayor celeridad que un termómetro, con precisión en distancias de hasta 9 metros y con un margen de error de 3 décimas. "Todas las soluciones que vayan orientadas a mejorar la tranquilidad y seguridad laboral, serán muy necesarias para estos momentos difíciles, pero también para los meses venideros donde todos tendremos que extremar las precauciones, tanto empresas como trabajadores", explica David Argüelles, director del área de Telecomunicaciones, Audiovisuales y Sistemas de Seguridad de la empresa.

Las cámaras que fabrica Adico, en distintas versiones y con más o menos funcionalidades, permiten "una mejor prevención, control y contención del COVID-19 en los centros empresariales con gran concurrencia de trabajadores o público", como fábricas, hospitales, supermercados o transporte.

Dado que uno de los principales síntomas de las infecciones por virus es la fiebre, la toma de la temperatura corporal es una de las maneras más eficaces de detectar a las personas infectadas, argumentan desde la empresa. Las cámaras termográficas y radiométricas miden la temperatura corporal de las personas por a su capacidad para detectar las radiaciones infrarrojas emitidas por todos los objetos, incluido el cuerpo humano.

Los sistemas de medición de temperatura corporal basados en cámaras, continúan explicando, permiten establecer estaciones de medición de temperatura en puntos estratégicos y con gran flujo de personas, son rápidos de instalar y tienen una alta precisión, que no altera la presencia de fuentes de calor ajenas a la corporal, como un vaso de café caliente o un ordenador portátil en manos de la persona en la que se efectúa la toma.

Su mayor ventaja, según los profesionales asturianos, es que permite hacer la medición desde una distancia de varios metros, así que los técnicos que se encargan de vigilar el proceso pueden colocarse en un lugar seguro y sin riesgo de contagio.

Pueden ser cámaras portátiles o fijas, con funcionalidades de inteligencia artificial, y puntos de asistencia sanitaria digital, con reconocimiento facial, alarma en caso de que la temperatura esté por encima de lo normal, sistema de desinfección y expendedor de mascarillas, diseñados para oficinas, edificios públicos, hoteles, restaurante y espacios comerciales.

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