El consorcio creado en Asturias de centros de investigación públicos y privados y la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI) se incorporan desde hoy al desarrollo y mejora técnica del respirador automático impreso en 3D por los investigadores asturianos Mario Marcos Castillo, Juan María Piñera, Carlos Moreno-Luque y Bartolomé López. La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad coordina esta alianza de la que forman parte el Centro Global de I+D de ArcelorMittal, el Thyssenkrupp Elevator Innovation Center, S.A, el centro tecnológico Idonial y la Universidad de Oviedo. Estas instituciones se han unido para desarrollar iniciativas de aplicación inmediata que apoyen al sistema sanitario en su lucha contra el COVID-19.

El respirador impreso en 3D necesita mejoras tecnológicas que están siendo supervisadas por especialistas en ventilación mecánica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Los equipos de todos los centros trabajarán de forma coordinada para introducir los ajustes técnicos precisos de cara a la validación y prueba del dispositivo en el centro sanitario. El objetivo de sus creadores es empezar a fabricar de forma masiva este equipo en toda España a partir de finales de esta semana o principios de la siguiente. Para ello, tienen disponibles más de 2.000 impresoras de 3D en todo el país. Un respirador de estas características tarda en hacerse unas tres horas.

El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, ha explicado que "en los próximos días se verá si los ajustes son suficientes y si es posible hacer una prueba técnica que nos diga si el modelo funciona bien. Una vez que tengamos estos datos, los trasladaremos al Gobierno de España para que evalúen si es o no posible tramitar su acreditación para uso clínico".

El objetivo es concentrar todos los esfuerzos para intentar que el prototipo supere todas las pruebas y que pueda iniciarse la fabricación, si bien los especialistas que participan en el proyecto recuerdan que se trata de procedimientos largos, que ahora se intentan acortar, y que deben ser muy rigurosos.

La alianza público-privada de centros de investigación e innovación participa también en la fabricación en impresión 3D de equipos de protección individual contra el COVID-19, para su uso por el personal sanitario. A este respecto, desde la Consejería de Ciencia se recuerda que todo el equipamiento de protección individual debe fabricarse de acuerdo a una normativa. Tanto el UNE como el BOE recogen las especificaciones para la fabricación de material contra el coronavirus.