La guerra que se libra en los hospitales contra el coronavirus tiene una batalla más por ganar: reducir al máximo el número de sanitarios infectados por el COVID-19. Solo en Asturias había ayer por la tarde 234 profesionales en aislamiento o vigilancia por estar en contacto estrecho con infectados, lo que no significa que sean positivos. A nivel estatal había también ayer más de 5.000 profesionales sanitarios contagiados por COVID-19. De ahí que desde distintas esferas se reclame más material de protección.

Los trabajadores del Hospital Universitario San Agustín lamentaron, por ejemplo, que los llamados EPI (equipos de protección individual) estén "bajo llave" y que solo se permita su uso "cuando hay que hacer, por ejemplo, una intubación". "A día de hoy el número de contagios de sanitarios es muy alto y alguien debe tomar medidas para frenarlo", advirtieron.

Desde el Colegio de Farmacéuticos de Asturias también reiteraron ayer su petición de que se les considere profesionales sanitarios y que como estos necesitan equipos de protección personal adecuados para el desarrollo de su labor asistencial en el actual estado de emergencia sanitaria por el coronavirus.

Pese a todo, hay lugar para la esperanza también en materia de protección: los centros de investigación asturianos entregaron ayer las primeras pantallas protectoras (un lote de setenta unidades) para personal sanitario al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

El consorcio liderado por la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad e integrado por los centros de I+D+i de ArcelorMittal, ThyssenKrupp y el centro tecnológico Idonial ya está produciendo dispositivos de protección individual contra el COVID-19 en impresión 3D. Estas pantallas, no obstante, esperan un trámite administrativo para poder ser utilizadas.