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Los centros geriátricos se tornan en búnkeres frente a la pandemia

Las restricciones y los controles se refuerzan en las residencias junto a medidas de desinfección dentro y fuera de los edificios

Vehículos de los equipos de desinfección e higienización, ayer, delante de la residencia de El Villar (Piedras Blancas). Mara Villamuza

Los geriátricos, una de las grandes fuentes de preocupación del Principado, se están convirtiendo en verdaderos búnkeres con el único objetivo de evitar que los mayores, los más vulnerables, puedan contagiarse de coronavirus. Ahora ya no solo se mantiene la prohibición de realizar visitas, como se estableció el pasado día 12, sino que además se va a extender la higienización a todos los centros, empezando por aquellos en los que se han detectado positivos. Hasta el momento ya se han registrado seis fallecimientos. La residencia de Grado, donde más afectados hay hasta ahora, se ha visto reforzada con personal de enfermería, se han establecido medidas de redistribución y aislamiento para evitar en lo posible el contacto y se ha rescindido la entrada de aquellos profesionales que no son servicios básicos como enfermería, auxiliares, limpieza y cocina.

Todas estas medidas se han hecho extensivas a los centros públicos y privados, que además a partir de ahora tendrán que cumplimentar dos veces al día un cuestionario específico en el que harán balance tanto de los trabajadores como de los residentes que pueden presentar síntomas compatibles con el COVID-19 o que hayan dado positivo en este virus.

La consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez, anunció ayer además que "la dispensación del material sanitario se llevará a cabo en las mismas condiciones en las residencias públicas y en las privadas".

Algo más de 14.000 personas residen en los 115 centros públicos y privados que existen en Asturias. De ellas, unas 6.000 están en plazas gestionadas íntegramente por el ERA o concertadas. El resto, en centros privados, en los que se han registrado casos positivos sin que hayan trascendido los datos.

Actualmente, las residencias en las que se han registrado casos positivos en el ERA son 7 del total de 26 que gestiona el organismo de forma directa. Se trata del Cristo, El Naranco y Santa Teresa, en Oviedo, la de Grado, Palacio de El Villar (Castrillón), Sotiello (Moreda) y Clara Ferrer (Gijón).

La residencia de Grado se convirtió en el mayor foco de infección del conjunto de los geriátricos asturianos. Hasta el día de ayer computaba cuatro fallecimientos, 55 residentes infectados y 13 profesionales. La decisión del Principado fue realizar las pruebas de coronavirus a todos, y posteriormente optó por medicalizar el centro, lo que se traduce en la incorporación de 17 enfermeras para atender a los residentes, cuando la plantilla habitual es de cuatro a jornada completa y una más a media jornada. Además, se ha procedido a la desinfección e higienización del centro, por dentro y por fuera.

La residencia de Palacio de Villar (Castrillón) es la segunda que acumula más casos, con dos fallecimientos. Ayer, CC OO denunció la falta de personal en este centro. Estos dos últimos días, además, se procedió a su desinfección también en el interior y el exterior del recinto. Y también ayer se inició el mismo procedimiento en la de Santa Teresa.

Esta medida se extenderá en los próximos días al resto de geriátricos del Principado. Para ello, la Consejería de Derechos Sociales ha solicitado a la Unidad Militar de Emergencias (UME) que apoye estas tareas de desinfección en los centros residenciales destinados a personas mayores del Principado, que actualmente desarrolla la empresa Tragsa.

Derechos Sociales también ha transmitido a varios centros la posibilidad de que las familias de algunos residentes puedan trasladar a las personas mayores a sus hogares durante la pandemia. Una medida que ya se había puesto sobre la mesa al inicio de la crisis por coronavirus, pero que según fuentes del Principado no se tiene conocimiento de que ninguna familia haya optado por utilizarla.

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