La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los dolores de cabeza, el efecto secundario del teletrabajo

Neurólogos y psiquiatras recomiendan vigilar los descansos y la postura, pero creen que las jaquecas "surgen más por el estrés"

Descansos cada veinte minutos, sillas que permitan que los pies toquen el suelo y colocar las pantallas a más altura para que su parte superior quede a la altura de los ojos. Son tres de los consejos para evitar los temidos dolores de cabeza, cada vez más comunes por la inclusión progresiva de las nuevas tecnologías en tareas cotidianas y que, en estos días de confinamiento, pueden convertirse en un problema cotidiano. Los neurólogos y psiquiatras advierten, además, de que el teletrabajo, una medida a la que han recurrido buena parte de las empresas del país, puede trastocar la rutina habitual e incrementar el tiempo de uso recomendado de móviles, tabletas y ordenadores.

A ojos de Julio Bobes, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, lo "bueno" de este tipo de jaquecas es que son banales y, salvo que persistan durante un tiempo prolongado, no denotan ningún problema de salud. "Su importancia es relativa y siempre transitoria. Se producen cuando estamos demasiado centrados en una tarea, tensando los músculos del cráneo y el cuello", concreta. En estos días de confinamiento, el teletrabajo impuesto a muchos empleados provoca también un cambio de hábitos que, en muchos casos, obliga a pasar más horas de las debidas delante de la pantalla, ya sea por el trastoque del horario en oficina o por la tensión añadida de estar trabajando fuera de los espacios a los que está acostumbrado.

Bobes cree que la mayoría de estos dolores de cabeza responden más bien a factores emocionales, porque incluso los que se producen por malas posturas o por haber pasado demasiadas horas frente a una pantalla, responden, en realidad, a la incapacidad del usuario de poder trabajar relajado y descansado. "Los que tengan más dolores de cabeza estos días será por falta de adaptación. La mayoría ya estaba acostumbrado a trabajar en ciertas posiciones, pero los que son más inquietos sufrirán mucho teniendo que limitar su actividad desde casa. A medio plazo se normalizará", añade.

Además de esta tensión emocional, el dolor de cabeza común también puede estar muy relacionado con el nivel y tiempo de exposición ante luces artificiales. Según María Rico, neuróloga de Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), estos días habrá empleados teletrabajando cometiendo dos errores muy frecuentes e igual de dañinos: situar su escritorio improvisado y su ordenador frente a una ventana o de espaldas a ella. "En ambos casos se altera con factores externos la intensidad lumínica de la pantalla y acabamos forzando la vista sin remedio", asegura.

Para evitar este cansancio visual, la experta también recomienda situar la pantalla de tal forma que la parte superior (que es la zona que más se utiliza) quede a la altura de los ojos, así como tomarse un pequeño descanso cada 20 minutos o media hora centrando la vista en cualquier otro objeto durante unos segundos. También insiste en la importancia de que la silla permita al trabajador tocar con los pies en el suelo, que se levante cada hora para dar al menos unos cuantos pasos por la casa y que estire el cuello hacia atrás y hacia delante cuando note tensa la musculatura.

Para Luis Hernández, neurólogo del Hospital de León, estas jaquecas tienen una relación directa con el estrés. "Y eso, aunque des consejos, es difícil de solucionar a corto plazo", reconoce. Su solución clave pasa por aprender a diversificar las tareas. "Hay que recordar que también es importante dejar tiempo para ponerse una película o leer. No todo puede ser el trabajo", insiste. "Además ahora parece que ya nos sabemos hablar de otra cosa ni leer sobre algo que no tenga que ver con ello. Eso provoca mucho estrés acumulado y hay que aprender a separarse, a hacer otras cosas. Nos quedan más días de estos y hay que tener paciencia", completa el experto. Rico añade que esta sensación de tensión continuada hace que los afectados cierren sin darse cuenta con fuerza los dientes, apretando la mandíbula (otro motivo habitual tras un dolor de cabeza) y que hundan los hombros hacia dentro, dejando rígida la zona cervical. En general, todos estos factores se evitan, según los expertos, con estiramientos diarios, descansos breves y, como mucho, un analgésico leve. "Lo importante es no dejarse llevar por los nervios; nos adaptaremos a esta nueva rutina", sentencia Bobes.

Compartir el artículo

stats