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Desde mi encierro

Elogio de la templanza

Ricardo Menéndez Salmón trata de sacar partido al aislamiento leyendo y escribiendo, viendo cine, volviendo a la infancia e instruyendo a sus hijos

Ricardo Menéndez Salmón, en su domicilio. R. M. S.

Ricardo Menéndez Salmón vive en la zona resiliente de la pandemia. Allí, donde se exprimen las ventajas de la adversidad y el ser humano se adapta a sus circunstancias, el escritor gijonés le gana "un par de horas al día" durmiendo un poco más de lo habitual y agradece el tiempo regalado entregándoselo a "tres actividades que no siempre puedo ejercer tanto como quisiera, escribir, leer y ver buen cine. A ello añado una vocación que no siempre puedo atender, como es la cocina, y otra que considero importante en estas circunstancias, como es mantener una actividad física regular y cotidiana". En este lado de la cuarentena, donde se aprecia la templanza y el encierro es un refugio, el novelista gijonés no sufre de forma severa la imposición del aislamiento. Sólo si le apuran mucho echará de menos el mar.

De natural casero, en su zona de resistencia sensata frente al agente perturbador externo "no siento presión por estar bajo techo", si acaso una necesidad que acaba siendo muy grata de "llenar los días" de sus tres hijos. "Es la parte más compleja", confiesa el novelista, "pero también, a su modo, la que más imaginación demanda y la que más satisfacciones procura". A este lado de la emergencia sanitaria, los adultos vuelven a ser niños, juegan con sus hijos y esta vertiente lúdica se combina con una útil dimensión formativa. La pandemia enseña. "Intentamos que la escuela, de algún modo, esté presente en casa, abundando por ejemplo en el cariz científico y sociológico de la situación. Está resultando muy interesante compartir con los pequeños, con el mayor rigor posible, de qué estamos hablando cuando hablamos de epidemias, sistema sanitario, economía globalizada, estado asistencial, solidaridad?"

Para leer, por cierto, Menéndez Salmón elige los cuentos de John Cheever, o la revisión de la realidad de 1959 sometida a la lupa de Aldous Huxley en "La situación humana", que recoge las conferencias del escritor en la Universidad de California e incluye algunas con títulos que tal vez le valdrían a este oscuro 2020: "El hombre y su planeta", "El futuro del mundo", "El problema de la naturaleza humana"? Para ver, "me atrevo a recomendar un par de películas pertinentes, "American factory", de Steven Bognar y Julia Reichert, un documental sobre el choque cultural que genera una fábrica china que instalada en Estados Unidos, "y una maravillosa película georgiana, 'Mi happy family', de Nana Ekvtimishvili y Simon Gross".

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