Las residencias públicas y privadas para personas mayores se encuentran con un nuevo obstáculo por la crisis del coronavirus; la falta de personal al que contratar.

La pandemia pasa factura a las plantillas de residencias geriátricas repartidas por la geografía asturiana. Ya sea porque han quedado de baja a causa del coronavirus, ya por el temor a la exposición de sus familias ante la escasez o falta de equipos adecuados de protección (sobre todo mascarillas y Epis), las dificultades para encontrar a personal auxiliar se ha convertido en un denominador común para residencias públicas y privadas. Los centros apenas encuentran en sus bolsas a personal dispuesto a la incorporación inmediata. Una circunstancia que también se da en otras regiones de España, donde hasta se han planteado contratar a personal no especializado que pueda colaborar en tareas como dar de comer a los mayores, extremo que aún no se da en Asturias. En este contexto, han surgido voces que piden "militarizar" esta asistencia, para que los mayores no corran el riesgo de quedarse sin atención. El jefe del Estado Mayor, el general Miguel Ángel Villarroya, descartó ayer esa posibilidad: "No podemos entrar a sustituir a ningún sistema que funciona muy bien", dijo tras advertir que la labor de los militares es "desinfectar" esos centros.