Asturias inició ayer la segunda semana de confinamiento por el coronavirus. Se contabilizaron 10 fallecidos más, lo que eleva a 22 la trágica factura del COVID-19. Es el mayor incremento diario registrado en la región desde el inicio de la pandemia. España también se despertó espantada al conocer que el domingo (el Ministerio ofrece los datos del día anterior) se produjeron 462 fallecimientos, con lo que el número de muertos en todo el país suma ya 2.182 personas.
La de ayer fue una jornada agridulce, con notas para la esperanza: una mujer de 56 años salió entre aplausos de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) dada su mejoría. La paciente, que lleva ingresada desde el pasado día 14, se convierte en la primera asturiana en vencer al virus en la UCI, donde ayer por la noche permanecían 23 infectados. A nivel de casos, la región acumula un total de 662 (68 más que el domingo) y España, 33.089 (4.517 nuevos).
Pese a las cifras, los expertos creen que Asturias puede estar muy próxima a alcanzar el pico de la enfermedad, al detectar una tendencia estable en el ritmo de casos, similar a la que se ha visto en Madrid, lo que invita al optimismo a medio plazo.
De los 10 fallecidos ayer en la región, dos eran usuarios de residencias del ERA. En concreto, del geriátrico de Grado, donde hay 68 personas contagiadas, y de El Villar, en Piedras Blancas (Castrillón), donde hay 14 enfermos. Dentro de la cifra total de casos (662), 610 permanecen activos y 30 están en curación.
Mientras, los test rápidos siguen sin llegar al Principado, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, adelantó ayer que el Gobierno ha adquirido "un millón más", que se unen a los 640.000 ya anunciados. Estos dispositivos, que permiten detectar si una persona está contagiada en diez o veinte minutos, serán repartidos atendiendo a "criterios poblacionales y a la urgencia de cada comunidad". Es decir, la prioridad estará en Madrid, Cataluña y País Vasco. Fuentes de la Consejería de Salud insisten en que las pruebas rápidas llegarán esta semana.
A la espera de que el pico epidémico alcance pronto su máximo, el Servicio de Salud ya ha empezado a establecer contacto con personal facultativo y de enfermería de la región que, pese a estar ya jubilado, aún no ha alcanzado los 70 años y cuenta con el perfil especializado para trabajar en unidades de críticos. Serán los primeros en ser "llamados a filas" en caso de que empiece a haber escasez de sanitarios, una situación a la que aún no se ha llegado.
La centralita del 112, por su lado, admite seguir recibiendo entre 1.200 y 1.400 llamadas al día y empezó esta semana a desinfectar por la noche su sede. Para no trastocar el servicio, todo el personal se mueve a última hora de la tarde a la antigua central del servicio, una sala que está dentro de las instalaciones actuales. La medida es ahora más necesaria que nunca tras darse a conocer que una empleada del servicio ha sido enviada a casa tras haber dado positivo en coronavirus, aunque se encuentra bien.
