ArcelorMittal no pedirá, de momento, un nuevo expediente de regulación de empleo por fuerza mayor para sus plantas acabadoras en Asturias y echará mano del que ya tiene en marcha desde 2009, con unas condiciones mucho más ventajosas para los trabajadores. Lo activará para suprimir de forma inmediata un turno de trabajo en el tren de bandas en caliente (TBC), en el de chapa, en la línea de decapado y en una de las dos de galvanizado, ya que la otra parará de forma indefinida a partir de mañana, y así hacer frente a la caída de la demanda fruto de la crisis sanitaria del coronavirus.

Lo acordaron ayer los sindicatos y la dirección de la multinacional, que matizaron que la regulación afectará al personal de producción, al de mantenimiento y al de estructura. Ninguna de las partes se atrevió a dar una cifra de cuántos empleados podrían verse afectados. Queda pendiente negociar el ajuste en otras dos instalaciones: en el sínter y en el horno alto A, que pararán su actividad. No obstante, Arcelor matizó que no ha descartado definitivamente la posibilidad de aplicar un ERTE por fuerza mayor.

Por otra parte, la Inspección de Trabajo investiga los incumplimientos en materias de higiene y organización de la tarea por el coronavirus que habían denunciado los comités de empresa de Daorje, la mayor auxiliar de Arcelor.

Por su parte, la compañía de transporte de viajeros Alsa estima que su actividad se reducirá un 70% como consecuencia del confinamiento de la población y de las limitaciones decretadas por el Gobierno de España. Por ese motivo, según fuentes de la empresa, Alsa está estudiando distintas medidas, entre ellas la posibilidad de recurrir a algún expediente de regulación de empleo temporal (ERTE). Descarta que se vayan a producir despidos.

Cadenas de establecimientos comerciales con notable presencia en Asturias anunciaron ayer regulaciones. Decathlon va a presentar un ERTE para casi toda su plantilla (8.886 trabajadores) y medidas similares tomarán tanto Fnac como Tous.