Los test rápidos para diagnosticar la infección por COVID-19 todavía no han cruzado el Pajares: la previsión de la Consejería de Salud es que el primer contingente de pruebas de coronavirus enviado por el Ministerio de Sanidad llegue hoy o mañana al Principado. Estos test, llamados rápidos, darán respuesta en poco tiempo, cuando se requiera tomar decisiones ultrasónicas. De ahí que esté previsto que los primeros destinatarios sean los trabajadores sanitarios y los mayores que viven en residencias de la tercera edad.

Estas pruebas permitirán también conocer con más precisión la incidencia real de la epidemia. El Ministerio ha adquirido 640.000 a China y Corea del Sur. Pero mientras la capacidad del laboratorio de Virología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) lo permita, en Asturias se seguirán haciendo las clásicas PCR.

A este tipo de controles somete desde ayer el Servicio de Salud (Sespa) a los profesionales del Hospital Universitario San Agustín de Avilés y al de Cabueñes de Gijón que han estado en contacto con infectados por el coronavirus. Estas pruebas PCR permiten certificar en unas tres horas si una persona está infectada o no. "Estos test son más fiables y el laboratorio del HUCA, que es una referencia a nivel estatal, todavía tiene capacidad para analizar más muestras", explicó ayer el consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, en el transcurso de su visita al Centro de Referencia para Personas con Discapacidades Neurológicas (Credine) de Barros (Langreo). "Los llamados test rápidos son interesantes, pero más para unas comunidades que para otras, y Asturias, de momento, no tiene prisa por ir aplicándolas. En otros sitios no tienen los resultados de los PCR disponibles como aquí", concluyó el Consejero.

Asturias supera ya los 230 sanitarios en aislamiento

La guerra que se libra en los hospitales contra el coronavirus tiene una batalla más por ganar: reducir al máximo el número de sanitarios infectados por el COVID-19. Solo en Asturias había ayer por la tarde 234 profesionales en aislamiento o vigilancia por estar en contacto estrecho con infectados, lo que no significa que sean positivos. A nivel estatal había también ayer más de 5.000 profesionales sanitarios contagiados por COVID-19. De ahí que desde distintas esferas se reclame más material de protección.

Los trabajadores del Hospital Universitario San Agustín lamentaron, por ejemplo, que los llamados EPI (equipos de protección individual) estén "bajo llave" y que solo se permita su uso "cuando hay que hacer, por ejemplo, una intubación". "A día de hoy el número de contagios de sanitarios es muy alto y alguien debe tomar medidas para frenarlo", advirtieron.

Desde el Colegio de Farmacéuticos de Asturias también reiteraron ayer su petición de que se les considere profesionales sanitarios y que como estos necesitan equipos de protección personal adecuados para el desarrollo de su labor asistencial en el actual estado de emergencia sanitaria por el coronavirus.