Los delincuentes se ponen las botas con el coronavirus. Se sabía de la multiplicación de falsos correos procedentes supuestamente de instituciones como la DGT o la OMS, para robar datos o extender virus que bloquean los ordenadores y exigir luego un "rescate" para liberarlos. Pero hay otras estafas mucho más graves, que se alimentan del temor de la población a contraer la enfermedad. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, mencionó ayer el desmantelamiento de una red fraudulenta que distribuía falsos fármacos, en la que España ha colaborado con Interpol, con 150 detenidos. "Hay mucho insensato que aprovecha esta situación de vulnerabilidad de las personas para tratar de incidir en su voluntad con la estafa y venta de falsos medicamentos", dijo. Las fuerzas policiales en Asturias no han detectado aún fraudes parecidos.

El presidente norteamericano Donald Trump divulgó recientemente que la cloroquina, un medicamento para la malaria y el lupus, podría mejorar la respuesta ante el coronavirus. No está demostrado y debe ser aún testado. Se trata además de un medicamento con efectos secundarios, que precisa de receta médica. Por otro lado, la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) ha establecido que este medicamento se distribuya de forma controlada en hospitales. Pues aun así pueden encontrarse en internet anuncios de este calibre "Comprar cloroquina sin receta en Barcelona". El anuncio reconduce a una empresa británica que vende la cloroquina a precio de oro: una libra (poco más de un euro) por cada pastilla.

Más grave aún es la venta de fosfato de cloroquina como un medicamento eficaz para el coronavirus. En Estados Unidos ya se ha producido un muerto y su esposa está gravemente intoxicada después de que tomasen esta sustancia tóxica que no es la cloroquina de la malaria, sino un producto para atacar los parásitos en los peces de acuario. También este producto se está ofertando en internet como un remedio eficaz contra el coronavirus, a 1,32 euros la pastilla.