Daniela Morales, de 16 años, es una de las estudiantes asturianas que tiene que interrumpir su beca de la Fundación Amancio Ortega por el coronavirus. La tapiega, alumna del instituto Carmen y Severo Ochoa de Luarca, salió de Asturias el 27 de agosto rumbo a Middleton (Canadá) para continuar sus estudios de Bachillerato. Ponía rumbo "a la mejor experiencia de mi existencia".
Pero el sueño llega ahora su fin."Me quedo con los buenos momentos", cuenta la adolescente desde Canadá intentando controlar el vaivén de emociones (se debate entre la alegría de volver a casa y la tristeza por no poder disfrutar de la beca hasta finales de junio) que siente estos días.
Según relata a LA NUEVA ESPAÑA, en Canadá llevan días sin hacer vida normal. Ella no puede salir de casa ni ir al instituto, "razón por la que mi estancia aquí pierde sentido", dice. "Recuerdo que hace poco veíamos la noticia por los medios y en el instituto se hacían bromas", cuenta. Pronto el panorama empezó a cambiar. "A los canadienses les pilló por sorpresa y sin saber qué hacer; hay algo de pánico", añade la tapiega, quien aclara que en este país se vive con mucho temor la insólita propagación del virus. "Hacemos lo mismo que se está haciendo en España desde el día 15", concreta. Las familias están confinadas en sus casas. "La gente hace compras muy grandes, hay horarios especiales para la gente mayor y está prohibido salir de casa", añade.
Daniela Morales entiende que la experiencia de la beca"se acabó", como ha decidido la Fundación Amancio Ortega, que fleta dos aviones para que 600 alumnos de España retornen a sus hogares. "Tengo que estar encerrada en casa y, para eso, prefiero estar con mi familia". En Nueva Escocia hay 40 casos de coronavirus confirmados; Sophie Grégoire, la esposa del primer ministro, Justin Trudeau, ha dado positivo. Hoy mismo vuela de Canadá rumbo a Madrid sin poder despedirse de sus amigos canadienses. Pero en Asturias le espera el cariño de su familia.
