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El aula virtual se atasca en la Universidad y vuela en los colegios

Los universitarios critican la "pasividad" de parte del profesorado: "Dan las clases cuando les viene en gana" - Los colegios, preparados para las clases on-line, que podrían prolongarse hasta "mayo o junio": suben hasta tutoriales a Youtube

El aula virtual se atasca en la Universidad y vuela en los colegios

Entre los universitarios asturianos hay "más descontento que contento" con las clases telemáticas. Aunque reconocen que muchos docentes se esfuerzan al máximo, estableciendo videoconferencias a diario, los alumnos también se quejan de la "sobrecarga" de tareas que les imponen otros o directamente de la "pasividad" que muestra una parte del profesorado. Desde las Asambleas de Estudiantes de la Universidad de Oviedo señalan que están recogiendo opiniones de todos los campus para fijar una "postura común" y trasladar al Rectorado sus exigencias. En general, cuentan los alumnos, el campus virtual está "colapsado", trabajan "mucho más ahora que antes" y algunos docentes no respetan el horario académico y dan las clases "cuando les viene en gana".

Pero no todo son críticas. Los estudiantes reconocen asimismo el trabajo que están haciendo muchos otros profesores, que imparten clases a través de Microsoft Teams, suben vídeos a Youtube o, incluso, se las ingenian para dar álgebra en una pizarra digital. En los colegios e institutos de la región, la satisfacción es generalizada y tanto maestros como padres aseguran que el día a día se va "normalizando" después del "agobio" inicial. En su caso, las clases virtuales se prolongarán más de un mes. La Ministra de Educación Isabel Celaá dijo ayer que confía en que los escolares puedan regresar a las aulas aunque "solo sea 15 o 20 días" y que esa vuelta al cole se producirá "en mayo o en junio".

Ana Isabel García, jefa de estudios en el Poeta Antón de Candás, afirma que "el trabajo en casa -desde el pasado día 13- es el doble que en el colegio". "La jornada es más larga, nos pasamos prácticamente todo el día pegados al ordenador. Hay que preparar las tareas, mandarlas, esperar a que nos las remitan y corregirlas una a una... En clase la revisión suele hacerse de forma grupal en la pizarra", cuenta. En su centro dan clases por videoconferencia, comparten con el resto de profesores sus tareas en plataformas digitales "con el fin de no sobrecargar al alumnado" y están en contacto permanente con las familias.

Horario adaptado al confinamiento

En el colegio San Ignacio de Oviedo han adaptado hasta el horario escolar al confinamiento. Según explica su director, Marcelino Fernández, en Secundaria tienen cuatro horas de clase más una voluntaria de refuerzo, y en Bachillerato, cinco más la hora extra de apoyo. El nuevo horario contempla incluso un recreo de veinte minutos. "La asistencia de los alumnos es muy buena y la implicación del profesorado es digna de mencionar", resalta. Por su parte en Primaria se imparten cuatro horas de clase, aunque el horario es "más abierto".

En el centro, el estado de alarma no ha impedido que a las 8.50 horas, como de costumbre, los tutores canten una oración, pasen lista o lancen mensajes de ánimo. Lo único que ha cambiado es que ahora tienen que hacerlo por videoconferencia. A nivel de profesorado, continúan las reuniones entre ellos por videollamada así como las tutorias con el alumnado (dos horas a la semana). "El colegio está muy normalizado, como si estuviésemos allí, pero sin podernos abrazar. ¡Quién sabe si esto será la enseñanza del futuro", apunta, para añadir a continuación que "nos estamos planteando abrir también un canal de Youtube con tutoriales más lúdicos que completen a la actividad académica".

Rocío Juste es madre (de Samuel Rubio, de 11 años) y profesora de Secundaria en el colegio de la Asunción de Gijón, donde también utilizan todo tipo de recursos digitales, entre ellos Youtube. "Hemos quedado sorprendidos de lo bien que responden tanto las familias como los alumnos", señala. Juste reconoce que los primeros días fueron "muy agobiantes", pero ahora todo va sobre ruedas. Como en el San Fernando, en Avilés, donde es profesora de 1.º de Primaria Yaiza Sánchez: "Les marcamos tareas para cada día y yo a las 9 de la mañana les mando un vídeo con una explicación general". "Estamos en contacto todos los días con los padres", agrega esta madre también de un niño de 3 años, Alejandro.

La opinión de las familias

¿Y las familias que opinan? Sandra Nieto, que es madre de dos gemelas en 1.º de la ESO, cree que, al menos en el colegio de sus hijas, el Nuestra Señora de Covadonga, en Noreña, el trabajo es "el justo". Eso sí reconoce, como vicepresidenta de la Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), que hay familias "agobiadas" y, en general, "todas estamos sobrepasados". "Los ejercicios llegan a mi nombre, yo tengo que trasladárselos a mis hijas... Que es lógico, pero al final todo supone mayor carga", reflexiona. Nieto también sostiene que quienes lo están pasando peor son las familias con pocos medios. "Yo por ejemplo tengo a una hija con el portatil, a la otra con el ordenador de sobremesa y mi marido tuve que traerse el ordenador del trabajo... ¿Y la gente que no tenga medios?", se pregunta.

La candasina Pilar Iglesias, con dos niñas en 1.º y 5.º de Primaria (Daniella y Aitana Iglesias), agradece que las clases no hayan parado. Ni siquiera las de Educación Física. "El otro día tuvieron que escoger una canción y bailarla. Las tengo entretenidas y vamos cogiendo la rutina", dice. Eso sí, "si piensas en las horas que de normal están en el colegio más los deberes, lo que están haciendo ahora es poco", opina. Iglesias ayuda a sus hijas en todo lo que puede estos días. "No tengo problemas, estoy desempleada. La mayor estudia muy bien, por lo que no le está costando nada las clases virtuales y a la pequeña, le cuesta un poco más...", concluye.

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