Las cifras de contagiados por el coronavirus continúan creciendo en Asturias cuando se cumplen quince días de aislamiento. Teniendo en cuenta los datos que maneja la consejería de Salud, hechos públicos a las nueve de la noche de hoy, la región ya suma 1.088 casos de personas contagiadas y 41 fallecimientos -ocho más que ayer- a consecuencia de una pandemia que está causando estragos en todo el mundo. Del total de los afectados, se han curado 76 personas, otras 249 están ingresadas en algún centro hospitalario y 57 permanecen en la Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). El laboratorio de microbiología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha procesado hasta el momento 9.300 muestras de pacientes con síntomas de la enfermedad. Las cifras asustan.

Y como está claro que el virus no se ha ido de fin de semana, los asturianos que cuentan con una segunda residencia tampoco salieron hoy de sus casas y en su mayoría respetaron la obligación de evitar los desplazamientos a no ser que sean totalmente necesarios. Hubo quien lo intentó, pero el aumento de los controles policiales en las carreteras y las restricciones de algunos municipios se lo impidieron. El alcalde de Valdés, sin ir más lejos, ordenó el cierre del concejo a las visitas y puso sobre aviso a la Policía Local para que todos aquellos que no cumplan las directrices sean identificados y propuestos para sanción.

Mientras tanto, las administraciones siguen intentando frenar la expansión de la pandemia con inyecciones económicas y buscando recursos hasta debajo de las piedras. El presidente del Principado, el socialista Adrián Barbón, explicó al mediodía que Asturias lleva invertidos 20 millones de euros en la lucha contra el coronavirus y que el sistema sanitario asturiano se ha reforzado con 700 incorporaciones a consecuencia del crecimiento exponencial del número de infectados. Barbón también aplaudió la decisión del Gobierno central de no permitir los despidos de trabajadores amparados en la crisis y la de limitar los ERTE al tiempo que dure el estado de alarma, medidas que también fueron bien recibidas en las redes sociales, aunque hay quienes piensas que las colas del INEM estarán llenas una vez que todo se acabe.

El presidente no se anduvo con paños calientes. Asegura que lo peor está aún por venir y que las necesidades hospitalarias crecerán durante las próximas semanas. Por eso, para tratar de adelantarse, el gobierno regional ya está comprando material sanitario en los mercados al margen de la adquisición centralizada que pueda ejecutar el ministerio de Salud. "Nuestro sistema sanitario ya necesita 70.000 mascarillas al día", afirma Barbón. Esta misma tarde, los residentes chinos de la región acudieron al HUCA para donar 3250 mascarillas.

Los políticos siguen insistiendo en que la mejor vacuna contra la pandemia es quedarse en casa y recuerdan que no es necesario salir a la compra todos los días o ir cuatro veces a la farmacia. Cada vez que se actúa así se está poniendo en riesgo la propia vida y la de los que te rodean. Por eso en muchos puntos de Asturias los vecinos se organizan para intentar llevar el encierro de la mejor manera posible y cumpliendo al cien por cien con lo establecido. Las sesiones vermú en las terrazas, guardando las distancias, sirven para olvidar por un rato la que está cayendo. En el barrio ovetense de Ciudad Naranco, por poner solo un ejemplo, la música y las conversaciones de ventana a ventana amenizaron una mañana que amaneció con cifras escalofriantes.

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Los vecinos de El Naranco toman el vermú juntos en plena pandemia del coronavirus

El coronavirus continúa causando estragos en los geriátricos públicos y privados de la región, en los que ya se contabilizan 17 fallecidos. En los centros de mayores hay a día de hoy 144 personas infectadas y 40 profesionales que han dado positivo al realizarles la prueba del Covid-19. A su vez, también crece la tensión generada por el encierro y los padres y cuidadores de personas con diversidad funcional, como aquellos con trastorno del espectro autista, han decidido salir a la calle con un brazalete azul para no ser increpados por aquellos que llevan dos semanas enclaustrados en sus casas y no saben que esas personas necesitan libertad por prescripción médica.

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Labores de desinfección en el residencia de ancianos de El Naranco

Pero no todo es negativo. Pequeñas empresas, instituciones, colectivos de todo tipo y ciudadanos a nivel particular siguen aportando su granito de arena durante la emergencia sanitaria. En las casas se cosen mascarillas, aunque no estén homologadas, y se organizan todo tipo de actividades para recaudar fondos y contribuir a la causa. "A veces se me caen las lágrimas al ver como se está volcando la gente. Estoy orgullosa de todas mis vecinas", colgaba en una conocida red social una mujer de Gijón que lleva varios días pegada a la máquina de coser. Cada vez son más las imágenes esperanzadoras y las muestras de profesionalidad, como la de los Guardias Civiles que ayudan cada día a Juan, un vecino de Berodia (Cabrales) que a sus 80 años, y sin carnet de conducir, tenía que caminar cinco kilómetros hasta Carreña de Cabrales para abastecerse de comida y productos necesarios para su vida cotidiana.

Hace escasamente una hora terminó de hablar el presidente del Gobierno para anunciar que las medidas de confinamiento van a endurecerse todavía más y que se va a paralizar todos aquellos trabajos que no sean esenciales. La situación es crítica y es totalmente necesario combatirla con dureza. Quédense en casa, no hagan como el camionero que tuvo que ser detenido mientras conducía en dirección a Gijón tras haber dado positivo en la prueba del coronavirus en el hospital de Jarrio.