El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCAen el espacio que ocupaban los vestuarios de la zona de docencia. Como ya se veía venir, la pandemia de COVID-19 está obligando a las autoridades sanitarias a extremar la capacidad de improvisación frente a una infección respiratoria que genera cuadros no solo graves, sino prolongados, con estancias medias en la UCI de 25 días. Ayer, la cifra de pacientes en vigilancia intensiva en toda la región pasó de 48 a 51, y el complejo hospitalario ovetense está llamado a dar respuesta a buena parte del aumento de la demanda previsto para las próximas semanas.

Entre tanto, el Hospital de Cabueñes, de Gijón, ya tiene lista la parte central de su planta cero para ampliar su área de Urgencias y facilitar así el aislamiento de pacientes con infecciones respiratorias y posibles coronavirus. Este espacio estaba ocupado hasta la fecha por las especialidades de otorrino y urología.

En el panorama pandémico del Principado coexisten dos líneas de fuerza, según destacó ayer el consejero de Sanidad del Principado, Pablo Fernández Muñiz, en una comparecencia telemática ante los grupos con representación en la Junta General del Principado.

Una idea: "Estamos consiguiendo ralentizar la entrada de la enfermedad y, gracias a ello, el sistema sanitario está pudiendo tratar adecuadamente a quien lo necesita", señaló el Consejero, quien añadió que, "a diferencia de otros lugares, no se está dando ningún tipo de saturación". Segundo diagnóstico, mucho menos tranquilizador y también explicitado con nitidez por Pablo Fernández en el Parlamento regional: "La incidencia de la enfermedad va a seguir aumentando bastantes días y nos pondrá a prueba. Será una prueba muy dura".

Asturias sumó ayer 104 nuevos infectados, hasta 1.004, que significan un incremento del 11,5 por ciento. Recibieron el alta 13 enfermos, hasta totalizar 65. Y se registraron 3 muertes que elevan el global a 33. Esta tasa de mortalidad, del 3,2 por ciento, es baja. "La mitad de la media nacional", situada en el 7,6 por ciento, destacó el Consejero, quien señaló que este dato obedece a que "las medidas que hemos puesto en marcha están siendo eficaces".

El índice de mortalidad nacional está sustancialmente condicionado por la Comunidad de Madrid, donde alcanza la apabullante tasa del 12,5 por ciento. Tan es así que los servicios funerarios de la empresa Albia están derivando fallecidos en Madrid a otras comunidades "con menos presión" como Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia o la Comunidad Valenciana, para "garantizar la continuidad de un servicio fundamental" ante la crisis del coronavirus.