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Solo En Casa

El mejor y más corto sábado noche del año va y cae hoy, por Javier Cuervo

El humorista Pepe Colubi, encerrado en su casa de Esplugas, da sus recomendaciones, útiles para el confinamiento

Zona de bares en el casco antiguo de Oviedo, ayer. IRMA COLLÍN

El sábado noche del año que reluce más que el sol cae hoy. Se adelanta la hora de las dos de la mañana a las tres, sí, pero se entra en el horario de verano. Los jóvenes, que están en el sábado de la vida, tienen que pasarlo en casa, sin ponerse pinturas de guerra, sin salir a oler vientos. Este sábado del cambio de hora suele ser más fast and furious, con 60 minutos menos para el azar de la fiesta, en el que conviene adelantar la mengua de escrúpulos en la selección sexual y minimizar los estragos porque hay menos tiempo de cauterización.

Ahora en competencia con el viernes, el sábado es un invento reciente: hasta hace siglo y poco no había descanso dominical y hasta hace 50 años se salía los domingos en muchos sitios. "Fiebre del sábado noche", la película que descubrió a John Travolta, recogió los nuevos ritos tribales y consagró la discoteca como espacio de relación social, es de 1977. Desde que el trabajo y el ocio están organizados como ahora, el sábado es el mejor día de la semana porque no es domingo -tan triste para tantos- ni lunes, el más odiado de los laborables.

Pepe Colubi (Madrid, 1966) ha trabajado con tesón para lograr que todos los días de su vida sean sábado y así no tener que madrugar. Crecido en Oviedo desde los 2 años, empezó como radiofonista en Radio Asturias, colaboró en LA NUEVA ESPAÑA, se especializó en la crítica de la teletienda que atorraba las madrugadas con cuchillos, aparatos de gimnasia y alargadores de pene y ahora vive en estado de gracia en la tertulia de "Ilustres ignorantes" (Movistar +) junto a los dos Javis del humor más serio: Javier Cansado y Javier Coronas.

Pasa su confinamiento en su casa de Esplugas (Barcelona), donde está domiciliado desde hace 13 años, sin dolor.

-Cada vez que he escrito un libro he estado más o menos así, de manera natural, varios meses. Estoy cómodo en casa, solo, en un ático con una terraza que no usé hasta ahora; un pasillo largo que recorro a ritmo de reggae y garbanzos para tres pandemias, porque hace cuatro días fui a por cuatro cosas y me lié. Sé de dramas en casas pequeñas.

El autor de "La tele que me parió" está corrigiendo su tercera novela, continuación de "California 83" y "Chorromoco 91".

-La empecé en noviembre. Serán unas 230 páginas. Encadena anécdotas de buscarse la vida, con optimismo perdedor, que van de 1993 a 2006, una fecha en la que el protagonista cumple 40 años y anda buscando una crisis porque no la encuentra y cree que debe tenerla.

Sin salir de casa, pasa el día en la terraza electrónica de las redes sociales.

-En Instagram y en Twitter y me presta porque me quita de los titulares y de la información y eso alivia. Esto es de primero de Obvio, pero estar todo el día colgado es contraproducente. Estoy viendo en Youtube mucha música y humor. Me ha dado por Prince. A partir de su muerte subieron miles de actuaciones suyas. Me río mucho con los doblajes de películas que hacía Flo imitando a Chiquito de la Calzada en "El Informal". Y me ha impresionado la despedida de John Oliver en "The last week tonight", sin público.

¿Habla más con los amigos y los familiares?

-Por teléfono y por Skype. Personas que se preocupan y por las que me preocupo, con las que tenemos conversaciones pendientes, con mis hermanas en Oviedo y en Sevilla.

Colubi tiene recomendaciones generales para el confinamiento.

-No dejo de oír y de leer a psicólogos diciendo que hay que ponerse un horario estricto, sobre todo para los que teletrabajan, pero nadie habla de imponerse un horario de masturbación estricto, aunque solo sea para no perder la fluidez en la cañería ni el entrenamiento del placer. Hace falta. Es difícil hacerse una paja con la imagen de la UME en El Prat, aunque las parafilias hay que aceptarlas, siempre que sean consentidas. La paja es sana y relajante y no debería no haber ganas de hacérsela. En caso de eyaculación, hacedlo en la parte interior del codo. Esto vale también para squirts.

Se han leído informaciones sobre la nueva sexualidad a través de las comunicaciones digitales, pero dentro de la propia del aislamiento de toda la vida, Colubi opina:

-Este es un buen momento para explorarse: tenemos guantes, tenemos orificios, machihembrémoslos con calma y aprendamos a querernos. Hay que recuperar la paja con cariño, no practicar esa paja deshumanizada de desatranques Jaén. Recuperemos la imaginación, es el momento de evocar encuentros sexuales, no solo porno urgente. Hay que reivindicar el placer físico, mental y sexual. Al hilo de esto sugiero ver "Call me by your name" (2018), que conjuga alta cultura y bajas pasiones y tiene una escena con un melocotón que introduce el uso de la fruta y los alimentos sanos en el juego sexual.

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