Las residencias privadas del Principado de Asturias dicen sentirse en una situación de "desamparo" ante la pandemia del coronavirus y reconocen que ante la carencia de material han tenido incluso que hacerse con EPIS no homologadas ante la falta de medios. La asociación de residencias geriátricas de Asturias (ARGAS), que engloba a 36 de ellas, en las que se gestionan 1.375 plazas, muestra asimismo su disposición a "poner los medios para que la colaboración con la administración sea efectiva".

En un comunicado, los centros asociados a ARGAS manifiestan que la dirección de sus residencias "está asignada a profesionales de probada experiencia y profundos conocimientos de la realidad sociosanitaria" y que, por lo tanto, están capacitados para "dar una respuesta eficaz y solvente a los retos que plantea la gestión de los centros de alojamiento para personas mayores". Una capacidad que, dicen, les ha permitido "hacer frente a los retos que plantea la propagación del COVID-19".

Señalan desde esta asociación que "semanas antes del estado de alarma, entre otras actuaciones, los centros asociados reforzaron las labores de limpieza y desinfección de sus instalaciones, implantaron protocolos de acceso a los centros y comunicación de los residentes con sus familiares, adecuados a la realidad del momento. Asimismo, se procedió al aislamiento preventivo de aquellos residentes y pacientes en los que se han detectado síntomas asociados a la enfermedad".

ARGAS muestra su disposición "a colaborar con la administración al objeto de aportar en el diseño de medidas efectivas que contribuyan a minimizar el impacto de la enfermedad", pero pide que "la información que facilitan a la administración" se utilice "exclusivamente para desarrollar políticas efectivas que hagan frente a la enfermedad" y "en ningún caso para poner en entredicho los esfuerzos que las residencias privadas estamos llevando a cabo o justificar u ocultar actuaciones de terceros de las que no somos responsables".

También piden que "se cuente con las asociaciones de residencias a la hora de elaborar las políticas y protocolos necesarios. De esta manera se podrán adecuar con mayor exactitud a la realidad de los centros por lo que, en consecuencia, su implantación será más efectiva". "ARGAS no va a permitir que se ponga entredicho el esfuerzo que realizan nuestros profesionales o el cuidado que prestamos a nuestros residentes", añaden.

Lamentan que los centros privados están realizando su actividad "en una situación límite cuya gravedad se intensifica con el transcurso del tiempo". Se quejan desde ARGAS de "la falta de EPIS es acuciante, sin que desde la administración se haya podido solventar esta situación. Ello ha obligado a muchos de nuestros asociados a tener que recurrir a vías alternativas de suministro, como la adquisición o producción de equipos de protección, en muchos casos no homologados, como mascarillas o batas que nos permitan asistir y proteger a nuestros residentes y personal de la mejor manera posible". Reconocen que "sin ser la mejor opción, es la única a la que, en la mayoría de las ocasiones, podemos recurrir para contar con un stock adecuado a nuestras necesidades".

Otro de los aspectos en los que ven una deficiencia importante es en la carencia de test: "Seguimos careciendo de tests fiables que permitan detectar si nuestros residentes y personal han sufrido contagio. Ello nos está impidiendo tener una imagen clara de la realidad de nuestros centros que pone en riesgo a nuestros residentes y personal y nos impide adoptar medidas adecuadas para atajar con más intensidad posibles contagios".

Critican que "a pesar de las duras circunstancias que es tamos viviendo, la respuesta de la administración se ha limitado a solicitarnos información constantemente y a proporcionarnos, en el mejor de los casos, recursos muy limitados con los que es muy difícil que podamos realizar nuestra labor con todas las garantías".