Cautela en la industria asturiana, que madrugará hoy para comprobar en el decreto que aprobará el Gobierno qué actividades tendrán que echar el alto para frenar la expansión del coronavirus. En esa tensa espera estará la multinacional ArcelorMittal, que no sabe si su actividad va a estar o no en el listado. La compañía descartó hacer valoraciones ayer, pero la plantilla y los sindicatos aseguraban que será complicado que Arcelor pare. "Y menos de un día para otro, porque eso sería imposible", señalaba un sindicalista. La siderúrgica viene haciendo pequeños ajustes en su producción en la región durante las últimas semanas (ha ido recortando turnos de trabajo y tiene previsto aplicar su expediente de regulación de empleo), pero más o menos su actividad había seguido con normalidad. De hecho, la compañía había incrementado esta semana los controles a su plantilla y desde hace unos días medía la temperatura a los trabajadores antes de entrar a las instalaciones para comprobar si tenían fiebre.

Es más, esos controles estaban siendo efectivos y habían logrado detectar a dos empleados con fiebre que no llegaron a pisar la fábrica y se fueron de vuelta a sus casas a confinarse. Fuentes sindicales señalan, además, que hay un fleco que puede salvar a la multinacional de tener que cerrar sus puertas. El taller de hojalata que la siderúrgica tiene en Avilés es un importante suministrador para la industria conservera nacional. Casi no tiene competencia en el país. Y la industria agroalimentaria (y sus ramificaciones) será una de las indultadas en el decreto que tiene previsto aprobar hoy mismo el Consejo de Ministros.

En vilo está toda la actividad siderúrgica regional. La patronal asturiana del potente sector del metal, Femetal, aseguró que "entendemos que estas nuevas medidas anunciadas por el Gobierno buscan reducir aún más la movilidad de las personas". Y apuntan a que las palabras del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, durante su comparecencia de ayer no dejan claro cuáles son esas actividades no esenciales, con lo que todo queda fiado al decreto que se publicará hoy mismo. Por el borrador que ha ido circulando esta semana las empresas del metal asturiano ya se han ido haciendo una idea de lo que les puede esperar. "De ser cierto ese documento, en el sector metal de Asturias tan solo se mantendría activa la fabricación de equipos de radiación, electromédicos y electroterapéuticos; la ingeniería y las instalaciones eléctricas y fontanería, considerando el resto actividades no esenciales", señaló Femetal.

Muy crítica, la patronal del metal asturiano añadió: "Parece que la solución a los problemas económicos la debe soportar la cuenta de resultados y el balance de las empresas, y que este tipo de medidas, aunque necesarias, sin la coordinación con los sectores afectados nos puede inducir a un coma económico, inhabilitando cualquier iniciativa estratégica y de país que permita una rápida recuperación en 'V' o en 'U' como parece ser el caso de China".

El que parece que no se librará del cierre será el sector de la construcción. El presidente de la patronal asturiana CAC-Asprocon, Joel García, lanzó un avisó a la Delegación del Gobierno. "El lunes seguramente que tengamos que ir a trabajar porque nosotros no somos como una tienda de ropa, necesitamos antes recoger el material. Así que entiendo que nos dejarán un margen para poder hacerlo". Sobre si su actividad es esencial o no para la economía, García asegura que "entiendo que el Gobierno tendrá más datos que nosotros, pero si esto ayuda a frenar la pandemia tendremos que aceptarlo". Como contrapartida exigió a la autoridad laboral que acepte las regulaciones temporales de empleo por fuerza mayor que el sector está presentando y que, asegura, están siendo rechazadas.

Por su parte, la Cámara de Comercio de Gijón señaló que "no es una buena noticia la decisión anunciada por el Gobierno de paralizar toda actividad no considerada esencial, mientras exista demanda, pues dicha actividad será esencial para lograr la recuperación futura tras la crisis sanitaria". Y apunta: "Creemos que el Gobierno no está midiendo con acierto las medidas adoptadas".