El impacto del endurecimiento del estado de alarma en la industria asturiana provoca las primeras grietas y desacuerdos entre el Gobierno autonómico y la oposición. Mientras el presidente del Principado, Adrián Barbón, sostiene que "la ambigüedad" del real decreto permite "salvar el corazón industrial de Asturias", los partidos de la oposición, sobre todo los de centro derecha, le acusan de no haber defendido los intereses de un sector capital para el empleo regional en la "cumbre" multilateral en la que Pedro Sánchez anunció a todos los presidentes autonómicos el alcance de las nuevas medidas.

El presidente de Asturias hubiera preferido otro texto sobre los márgenes en los que se podrá mover la industria asturiana, de la que dependen miles de empleos, ante esta nueva y más estricta fase del estado de alarma. Pero Barbón indica que "la ambigüedad" del real decreto "deja lugar a la interpretación", una argumentación que no convence a PP, Cs, Foro y Vox.

El presidente del Principado admite que el decreto "es muy ambiguo y deja puertas abiertas a la interpretación", pero está convencido de que "salva el corazón industrial aunque se ralentice", según declaró en Radio Asturias. Cinco horas después, el consejero de Industria y Empleo, Enrique Fernández, abundaba en esa argumentación, pero confirmaba que el Principado ya se había dirigido al Gobierno central para reclamar una mayor concreción. "Hay elementos de indefinición, que no están claros. Hemos trasladado consultas a la Delegación del Gobierno y al Ministerio de Industria pero lo que queda claro es que los procesos de fabricación continua, que no se pueden interrumpir, se podrán realizar en los mismos niveles de plantilla existentes en fin de semana".

El presidente del Principado se refirió, en concreto, al punto cuatro del anexo de actividades exentas del parón, que se refiere "a las que prestan servicios en la cadena de producción". En lo que también pusieron énfasis tanto Barbón como el consejero de Industria es que el Principado vigilará que se cumplan todas las normas de seguridad para que los trabajadores desarrollen su labor sin riesgo de contagio.

El presidente del Principado, consciente de las primeras críticas por el impacto de las nuevas restricciones, no solo de la oposición sino también de la patronal asturiana, respondió: "No voy a polemizar con nadie , con las preocupaciones que hay encima de la mesa. El elemento clave es salvar vidas. Es el momento de la unidad. El debate será después, ahora debemos remar todos en la misma dirección". Y aseguró que en la videoconferencia con Pedro Sánchez, los gobiernos de Asturias, País Vasco y Galicia hicieron hincapié en la defensa de la industria, que no puede permitirse un parón.

El PP asturiano elevó el tono de su crítica el Ejecutivo regional, con el que se había mostrado condescendiente hasta en cuestiones como la mortalidad en las residencias públicas de mayores. Pero su portavoz en la Junta, Teresa Mallada, reprochó "el caos y la improvisación" del Gobierno central con las nuevas medidas y la ausencia de una posición firme de Barbón, "en defensa de los intereses de los asturianos". La diputada popular no duda "de la necesidad" de más restricciones, pero afeó a los socialistas no tener en cuenta las peculiaridades de cada territorio. "Actuaron una vez más por libre y sin consensuarlo con presidentes autonómicos, organizaciones empresariales y sindicales", lamentó.

Laura Pérez Macho, de Ciudadanos, emplazó al presidente Barbón "a tomar la riendas de la confusa situación en la que se ha dejado a los empresarios de la industria básica y pesada" y le reclamó que "defienda ante el Gobierno de Sánchez la pervivencia del latido de los órganos vitales de la industria de Asturias".

Lorena Gil (Podemos) y Ovidio Zapico, coordinador general de IU de Asturias, fueron los más receptivo con las nuevas medidas para tratar de frenar la expansión de contagios por las actividades laborales. Sin duda, una consecuencia de ser socios de gobierno. "Son imprescindibles. Estamos en la buena dirección y por eso hace falta reducir la actividad, anteponiendo la salud al resto de consideraciones", dijo el diputado de IU. La parlamentaria podemista admitió la conveniencia de las restricciones "para detener cuanto antes el número de contagios".

Adrián Pumares, secretario general de Foro, describió como un "misil en la línea de flotación de nuestra industria" la exclusión del real decreto de la industria electrointensiva y siderúrgica, que sí figuraba en un borrador filtrado en la tarde del domingo. Pedro Leal, portavoz adjunto en la Junta, acusó a Barbón de "convertirse en gregario de Sánchez" por elogiar "la ambigüedad" del texto final.

Ignacio Blanco, portavoz de Vox en la Junta, cargó contra medidas "que obligan a cerrar nuestra industria, donde había seguridad y los contagios eran mínimos. Deberían preocuparse más de que haya menos contagios entre sanitarios, que son su responsabilidad y ahí están fallando".