A falta de un criterio claro, las grandes compañías industriales de la región fueron adoptando en las últimas horas diferentes estrategias para cumplir el nuevo decreto del Gobierno que obliga a frenar la actividad no esencial para reducir la movilidad de los trabajadores y combatir la propagación del coronavirus. Empresas como ArcelorMittal han activado un plan de cierre progresivo de instalaciones, mientras que otras como Asturiana de Zinc mantienen una actividad similar a la de un fin de semana.

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Después de que la Delegación del Gobierno en Asturias difundiera en la noche del lunes un listado consensuado con el Principado en el que figuraban como esenciales, según su interpretación, todas las grandes fábricas de la región (lo que levantó suspicacias en otras regiones industriales como País Vasco y Galicia), el Ministerio de Industria publicó en la mañana de ayer una nota "interpretativa" del decreto en la que apuntó que la actividad en las industrias cuyos procesos no se pueden detener debe ser "mínima" y la producción debe estar enfocada únicamente a proveer a los sectores esenciales para hacer frente a la pandemia o a los compromisos de exportación. Luego, por la tarde, la ministra de Economía, Nadia Calviño, señaló que la decisión de ajustar esa actividad mínima le correspondía a las direcciones de las empresas y a los representantes de los trabajadores. Que ellos negocien y decidan.

"Las industria electrointensiva es de las que tiene una actividad que no se puede parar", señaló Calviño, que aseguró a continuación que debe de tener un nivel de producción "más reducido y con un nivel mínimo de movilidad por parte de los trabajadores. Se trata también de que no se pierdan contratos ni clientes".

Sin embargo, esas explicaciones no son suficientes para algunas industrias de la región, que quieren un gesto más claro por parte del Gobierno nacional. ArcelorMittal, la mayor compañía de la región, comunicó ayer a su plantilla en Asturias que su posición no había variado y que continuaba con su intención de parar o dejar en mínimos sus talleres de la región para adaptarse al decreto de actividades esenciales publicado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez el domingo por la noche. De hecho, ya estaba haciéndolo. En sus instalaciones de Gijón, el tren de carril, el de chapa y el de alambrón van con el freno de mano echado y para la semana que viene ya estaba prevista la parada uno de los dos hornos altos. En las instalaciones de Avilés, la mayoría de los talleres ya habían reducido producción y para la semana que viene estaba previsto que la recién remodelada acería pase de 40 coladas diarias que hace ahora a solo 15.

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Control de temperatura a la entrada de Arcelor por Veriña

En la siderúrgica se da una peculiaridad. El Gobierno habilitó lo que se llama un permiso retribuido para las compañías industriales que estos días tengan que parar por no ser "esenciales". Pero aquellas que tuvieran un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) en marcha, como es el caso de Arcelor, no pueden acogerse a ese permiso. Así que la plantilla deberá de ser regulada estos días. A mayores, la multinacional emitió ayer un comunicado en el que asegura que prevé registrar un "declive importante" de su actividad "en muchos, si no en todos" los mercados en los que opera como consecuencia de esta crisis sanitaria.

Los sindicatos critican que Arcelor aún no les ha aclarado con detalle qué talleres van a parar en Asturias ni cuántos trabajadores van a ser regulados. Por su parte la patronal siderúrgica Unesid, a la que pertenece Arcelor, lamentó que ni el texto del decreto del Gobierno ni la nota interpretativa de Industria "ofrecen las garantías de seguridad jurídica para operar las instalaciones siderúrgicas", por lo que ha solicitado al Ministerio "que se detalle claramente el alcance de lo que el Gobierno considera industria esencial mediante una referencia clara e inequívoca a la industria siderúrgica.

Otras empresas industriales consideran que las aclaraciones son suficientes. Duro Felguera fue de las que elevó consultas a la Delegación del Gobierno y al Principado para saber si podía seguir con actividad. La respuesta fue afirmativa, según detallaron fuentes sindicales. De hecho, el "tallerón" que la ingeninería tiene en Gijón está funcionando a pleno pulmón. La plantilla valoró, además, muy positivamente las medidas que está adoptando la empresa para hacer frente a la expansión del coronavirus. Como, por ejemplo, adaptar los turnos para que evitar que haya aglomeraciones dentro de la factoría.

Las instalaciones de Thyssenkrupp en Asturias funcionan estos días al ralentí, pero según aclararon fuentes sindicales, no por culpa del nuevo decreto del Gobierno sobre actividades esenciales sino porque hace semanas la plantilla y la dirección de la multinacional habían pactado ir dejando la actividad bajo mínimos durante unas semanas como estrategia para hacer frente a la expansión del coronavirus. Los trabajadores de Thyssenkrupp volverán a incorporarse a sus puestos el día 13.

Mientras, Asturiana de Zinc (Azsa) ha decidido mantener su actividad tras 72 horas de suma confusión durante las que trató de averiguar si su actividad se enmarca entre las que el Gobierno considera "esenciales". Eso sí, la empresa ha pautado una organización del trabajo que reduce las actividades a las "mínimas indispensables" para mantener activos los equipos productivos al objeto de evitar averías. Siguiendo la directriz del Gobierno, el enfoque de Azsa ha sido ponerse "en clave fin de semana".

La firma corverana Hiasa y Galvanizados Avilés han pasado de planificar el lunes la paralización de su actividades a poner en marcha un plan especial de trabajo "de mínimos". Ambas empresas comparten la característica de tener sendos equipos de galvanización electrolítica por inmersión cuya parada es compleja y costosa. La mayor empresas de calderería de Avilés, Grupo Daniel Alonso, pasó de decidir cerrar tras un fin de semana lleno de incertidumbres a ordenar la reanudación de sus actividades, si bien no con la intensidad habitual. En el caso de esta compañía se ha tenido en cuenta el riesgo de que se vieran perjudicadas por el incumplimiento de contratos internacionales que tienen fecha de entrega apalabrada.

La dirección de Alu Ibérica (antigua Alcoa) mantuvo ayer la paralización de la fábrica de Avilés. No obstante, las excepciones conocidas en las últimas horas sobre qué debe ser considerado actividad industrial esencial hacen pensar a los directivos en dar marcha atrás en su decisión inicial, algo que no se sabrá hasta hoy. La empresa fundidora especializada en aleaciones de aluminio Aleastur decidió mantener la parada iniciada el fin de semana, y solo la interrumpirá "si algún cliente tiene un emergencia que requiera el suministro de nuestros productos".