La crisis del coronavirus está poniendo a prueba a las administraciones, que se enfrentan no solo a una emergencia sanitaria de una magnitud sin precedentes, sino a situaciones personales dramáticas que requieren apoyo público. Los casos de tragedias humanas paralelas como consecuencia de la pandemia son muchos y de distintas características. En algunos de ellos la enfermedad ha alcanzado a toda la unidad familiar: hay matrimonios en los que ambos cónyuges han dado positivo o tienen síntomas y requieren amparo para los menores a su cargo al carecer de familiares cercanos en Asturias que puedan asumir su cuidado.

Es el caso de una pareja en la que ella, personal sanitario en un hospital del Principado, ha dado positivo por coronavirus en el test que le hicieron en su propio puesto de trabajo y debe permanecer en casa hasta superar la cuarentena y recuperarse por completo. Tiene fiebre alta en los últimos días y si esta no remite tendrá que ser ingresada. Su marido ya lo está por una neumonía y pendiente de resultados de la prueba que confirme o descarte si está infectado. Tienen un hijo, menor de edad, también con síntomas. De momento, está en el domicilio con su madre, pero si ella hubiera de ser llevada a un centro sanitario se verían con muchas dificultades para que alguien pudiera ocuparse del niño. No tienen familia cercana en la comunidad que pueda asumir el cuidado si se da el caso de necesitarlo.

"Ella se ha infectado trabajando y parece que ha contagiado al marido. Si los dos acaban ingresados, sin familiares aquí, qué va a pasar con el niño? Hay personas que por circunstancias están aquí solas, porque son de otras comunidades y no tienen familia cerca. Son situaciones muy difíciles", explica un allegado del matrimonio, que conoce la angustia que les produce la situación.

El Principado ya ha puesto en marcha medidas para atender estos casos. En concreto, un piso de emergencia, un recurso de acogimiento residencial dispuesto por la Consejería de Derechos Sociales para menores cuyos padres no pueden ocuparse al estar hospitalizados por coronavirus y sin parientes que se puedan hacer cargo.

Centro de protección

Los pequeños deben realizarse la prueba, al haber tenido contacto con enfermos. Si el resultado es negativo, pasan a un centro ordinario de protección de menores hasta la recuperación de sus progenitores. Si el test es positivo, se solicita plaza en un recurso hospitalario, en donde estarán hasta que sanen.

Hasta el momento han hecho uso de este recurso dos menores. El operativo, sostiene la Consejería, estaba preparado y se aplicó al darse las primeras necesidades. En principio, solo hay una vivienda en Oviedo, cedida de forma altruista por la Fundación Cruz de los Ángeles. La gestión se ha concedido a la Asociación Centro Trama, entidad que lleva trabajando con la Consejería desde el año 1998. La intervención es llevada a cabo por profesionales de la propia asociación Trama, educadores, psicólogos y pedagogos, "con muchos años de experiencia en intervención con menores en situación de riesgo social y que van a trabajar en este piso tras haber recibido formación específica en materia de prevención y medidas de seguridad en el trato con personas con posible contagio de COVID-19, impartida por personal sanitario", sostiene la Consejería.