La pandemia de COVID-19 está exigiendo una ampliación de las plantillas de la sanidad pública como nunca antes se había visto. Esta situación se está registrando en todas las categorías profesionales, aunque repercute de una manera más acentuada sobre los médicos y enfermeros, colectivos en los que las bolsas de demandantes de empleo están agotadas o disponen ya de muy pocos efectivos.

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Ante este panorama, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) ha comenzado a contratar médicos extracomunitarios -principalmente, de origen latinoamericano- que tienen su título homologado o en trámite de homologación por parte del Ministerio de Sanidad. Además, ha adelantado la incorporación de algunos licenciados en Medicina que aprobaron el examen MIR de este año y que aún no han elegido destino para realizar una especialidad. Este proceso de elección de plaza se desarrolla de forma centralizada a nivel nacional y ha sido aplazado por el Ministerio de Sanidad hasta una vez que se haya levantado el estado de alarma.

Pero eso no es todo. Si la epidemia de coronavirus no se aplaca, el Principado sopesa la posibilidad de incorporar a la actividad asistencial directa del COVID-19 a los médicos de especialidades que en las actuales circunstancias tienen sus agendas más holgadas por no estar apenas relacionadas con la atención a los infectados. El contingente más numeroso lo configuran los cirujanos, pero hay otras disciplinas a las que les sucede exactamente lo mismo: que en la coyuntura actual solo realizan actividad urgente y ofrecen asistencia telefónica a sus pacientes.

Y en otra medida de respuesta al COVID-19, ejecutada ayer mismo, la Universidad de Oviedo ha ofrecido a sus estudiantes de cuarto curso -el último- de Enfermería la posibilidad de concluir sus estudios un mes y pico antes de lo previsto, presentando el correspondiente trabajo de fin de grado (TFG). El objetivo consiste en que, si son requeridos, puedan empezar a trabajar cuanto antes.

"Agradecemos vuestra generosidad y ayuda. En este momento tan crítico se necesitan enfermeros con ganas e ilusión, y no podemos ser tan rígidos y pensar solo en plazos. Esperamos vuestra respuesta y vuestra colaboración", argumenta la Universidad en un escrito dirigido a los alumnos de Enfermería. Según ha podido saber este periódico, el Sespa no contempla, por el momento, la posibilidad de incorporar a estudiantes de los últimos cursos de Medicina ni de Enfermería. No obstante, admite que un ritmo desbocado de propagación de la epidemia podría hacer aconsejable otra cosa.

De vuelta a la escasez de médicos, en días pasados retornaron a la práctica activa algunos facultativos que ya se habían jubilado y que no han llegado a los 70 años de edad. Las especialidades más demandadas para plantar cara a la pandemia son medicina de familia, medicina interna, neumología, medicina intensiva y urgencias. Algunos médicos de estas disciplinas, que viven la etapa más intensa de su carrera profesional, han expresado su agradecimiento a colegas de otras disciplinas que se han ofrecido para echar una mano en el momento en el que sean necesarios.

De otro lado, la asistencia cotidiana a la pandemia de COVID-19 no experimentó ayer grandes cambios en Asturias. Ante la escasez de respiradores, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA

En Gijón, la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital de Cabueñes destinada a pacientes con coronavirus tenía ocupados nueve de sus catorce puestos. La presión asistencial continúa subiendo en el centro gijonés, que totaliza alrededor de medio centenar de pacientes contagiados por coronavirus y más de 40 pendientes del resultado de las pruebas. Ante la falta de espacio, Cabueñes está ya derivando pacientes contagiados al Hospital de Cruz Roja.

En Avilés, el Hospital San Agustín tenía ayer 33 pacientes positivos en planta más 9 en la UCI y 20 en aislamiento. Aun así, hay 172 camas libres en el centro sanitario avilesino, que sigue acondicionando huecos. La Fundación Hospital de Avilés dispone de unas 26 camas para positivos de COVID, pacientes geriátricos con buen pronóstico. Ya tienen ocupadas, aproximadamente, la mitad, aunque la información es poco transparente aquí.

De otro lado, el HUCA y el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias participarán en el ensayo clínico de un proyecto de investigación financiado por el Instituto de Salud Carlos III para evaluar la eficiencia y seguridad de tratamientos contra el COVID-19 mediante la transfusión de plasma de enfermos curados. Esta terapia ya se ha utilizado en pacientes afectados por otro tipo de coronavirus con diferentes grados de éxito. La directora general de Calidad, Transformación y Gestión del Conocimiento de la Consejería de Salud, Elena Llorente, anunció la constitución de un grupo científico-técnico multidisciplinar que articulará todas las iniciativas de investigación en Asturias sobre el nuevo coronavirus de origen chino.