Un grupo de ingenieros de la NASA, con el español Víctor Adrián Ruiz a la cabeza, participará en la mejora de los dos modelos de respirador impresos en 3D en Asturias. Además del diseñado por Reesistencia Team (Marcos Castillo, Juan María Piñera, Carlos Moreno-Luque y Bartolomé López), hay otro equipo fabricado en tiempo récord por los centros de I+D+i de ArcelorMittal, Thyssenkrupp Elevator e Idonial que ya ha superado los ensayos en animales. Este nuevo respirador es "ligeramente diferente" al otro, entre otras cosas porque "el movimiento de aire es neumático", según explicó ayer el consejero de Ciencia, Borja Sánchez, que coordina el consorcio formado por las tres empresas. El martes comenzaron los contactos con la NASA, en concreto con el Space Flight Center, así como con investigadores de las universidades de Maryland y George Mason, en Estados Unidos.

"Vamos a ir paso a paso y ver qué tipo de colaboraciones podemos emprender. Ellos han mostrado su disposición a aportar conocimientos técnicos y participar en la mejora de los respiradores. Creemos que es una vía que se abre no solo para ahora, sino para el futuro", destacó el titular de Ciencia. Los dos modelos de respirador con sello asturiano están pendientes de obtener su validación por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Los equipos han pasado dos de las pruebas preclínicas, que consistieron en un test de funcionamiento en modelos humanos y otro en animales.

Ayer mismo los integrantes de Reesistencia Team superaron con éxito todos los ensayos realizados en el bioterio de la Universidad de Oviedo. En ellos colaboraron médicos del HUCA y del Hospital de Cabueñes. Por este prototipo se ha interesado hasta el Rey Felipe VI. Ahora, según detalló el Consejero, queda un tercer test de seguridad funcional, y el último paso será su prueba clínica. "Objetivo cumplido: todos los test en animales validados, ahora toca dar el paso y ver si podemos ayudar a personas", escribió en sus redes sociales el equipo Reesistencia.

Pantallas de protección

En una rueda de prensa celebrada de forma telemática, Sánchez remarcó nuevamente que "no se va a utilizar ningún dispositivo que no esté homologado". El Sespa retiró la semana pasada centenares de pantallas de protección facial que habían impreso en sus casas los "makers". "Un equipo de protección no es un tema trivial. Los primeros test tienen que ver con la protección de los ojos; por tanto, la seguridad de los sanitarios puede estar comprometida", dijo, para añadir que la Consejería está "en permanente contacto" con la asociación Makers Asturias y espera tener un modelo homologado para empezar a producirlo de forma masiva. De tres modelos que se mandaron al Centro Nacional de Medios de Protección de Sevilla, "nos han devuelto uno para hacer adaptaciones", apuntó Sánchez.

Con respecto al proyecto de reciclar mil mascarillas diarias, que se encuentra igualmente en fase de validación por parte del Instituto Tecnológico Textil de Alicante, el Consejero se mostró confiado en que mañana pueda empezar su producción masiva. "El proceso de evaluación está yendo bien, somos optimistas", señaló. Borja Sánchez también se refirió a la fabricación de hidrogel para la desinfección de manos. Las empresas asturianas Asturquimia, Auxquimia y Metrohm Dropsens tienen previsto entregar mañana el primer lote con "tres mil botes".

Como novedad, la directora general de Calidad, Transformación y Gestión del Conocimiento de la Consejería de Salud, Elena Llorente, explicó que el Principado ha constituido un grupo científico-técnico interdisciplinar, formado por investigadores del Servicio de Salud, el ISPA y la Universidad de Oviedo, para coordinar todas las iniciativas sobre el COVID-19. Esta alianza tendrá como fin principal "la transferencia ágil de conocimiento desde los centros básicos hasta los centros asistenciales de tal forma que los pacientes puedan beneficiarse lo antes posible de nuevos procedimientos terapéuticos". Ya hay varias líneas de trabajo abiertas y una de ellas es la participación en un ensayo clínico del Instituto Carlos III de Madrid consistente en tratar pacientes con anticuerpos de sueros de infectados que ya han sido curados.