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El virus que pone a prueba la Universidad virtual: "Podemos garantizar la calidad de la docencia"

Profesores avezados en el uso de la tecnología docente dan un aprobado a la primera semana de clases a distancia

El profesor Luis Ángel Sañudo, de la Politécnica de Mieres, durante una clase LNE

La clase práctica de Derecho Internacional Público del viernes no fue mal. Acudieron casi todos los alumnos y se comentaron los textos fijados en el programa sobre "responsabilidad internacional". Si no hubiera estado cada uno en su casa, y no hubieran hablado por escrito, sin verse y a través de "Foro", una herramienta informática del campus virtual de la Universidad de Oviedo, Universidad de Oviedo esto habría sido una víspera de fin de semana normal en la Facultad de Derecho.

Y en el fondo, puede que se le haya parecido mucho si la profesora, Beatriz Vázquez, se atiene en exclusiva a los resultados de la experiencia docente. La primera semana de la docencia a distancia, ese camino poco explorado a gran escala por el que el coronavirus ha empujado a la Universidad esta semana, deja sensaciones positivas respecto a la posibilidad de "garantizar la calidad de la docencia" mientras dure el encierro por coronavirus.

"No nos pilla de nuevas", resalta Vázquez con un ojo en los recursos "muy desarrollados" del campus virtual de la Universidad y otro en los cursos de formación que se han impartido -y se han redoblado ahora, en versión virtual- para enseñar a los docentes a manejarlas. Ella, que había asistido a dos antes de todo esto, que sabe qué tiene a su alcance y cómo utilizarlo, da por bueno el proceso de adaptación. Y aunque empatiza con los profesores menos familiarizados con la herramienta, que los hay, y con los alumnos a los que les falla el ordenador o la conexión, aunque sabe que la casuística de cada asignatura es extensísima y los estudiantes cerca de 20.000, de entrada invoca la sensación de que se puede resistir al coronavirus "sin muchos problemas" y "garantizar la calidad de la enseñanza" sin clase presencial.

Nadie quiere imaginar cómo sería todo esto hace treinta años, pero en 2020 la vida puede seguir, más o menos, sin salir de casa. La universitaria ordinaria, de momento sin exámenes o pruebas de evaluación de calado, tantea en serio y a la fuerza unos cuantos primeros pasos sin red a través de las posibilidades que ya antes de esta crisis ofrecía la tecnología. Beatriz Vázquez empezó el pasado lunes con una clase teórica, que impartió con la mitad de los alumnos conectados y sin que nadie levantase virtualmente la mano haciendo uso del mecanismo para plantear dudas, pero todo ha ido tomando temperatura con el correr de la primera semana de clase digital.

Llegaron las prácticas y "Foro", que en su caso permite proponer un asunto para la discusión previamente planteado e ir dando palabras "en tiempo real, exactamente igual que en una clase presencial", funcionó de modo aceptable. Esa es sólo una posibilidad, hay opciones de videoconferencia múltiple, de subida de documentación diversa, fórmulas para hacer cuestionarios y encuestas para preguntar a los estudiantes, talleres, tareas de diversa índole€ Microsoft Teams es lo más utilizado por su versatilidad para la videoconferencia, el intercambio de material docente, las presentaciones o muchas otras tareas, pero nada de esto es nuevo, resalta Vázquez, vicedecana de estudiantes en la Facultad de Derecho. Otra cosa es que hasta ahora se utilizase más o menos. Ella, por ejemplo, ya utilizaba la plataforma virtual para toda la entrega de prácticas del curso y resalta que antes de todo esto ya había asignaturas en la Universidad impartidas desde hace años "exclusivamente online"€

Por cierto, que en Derecho Internacional Público no se pasa lista en las clases teóricas, pero sí en las prácticas. Y como quiera que la plataforma registra a los asistentes automáticamente en tiempo real, en el lado del profesor hasta se ahorran trámites.

Sacando de la crisis una oportunidad, siendo "muy creativos" para resolver problemas, ayudando los profesores más duchos a los menos familiarizados con las herramientas y aprendiendo todos de todos, más o menos la vida académica sobrevive al encierro colectivo mientras los responsables de la institución esperan para saber si se las tienen que ingeniar también para resolver exámenes, evaluaciones y prácticas forzosamente presenciales.

Mientras tanto, más o menos al tiempo que Beatriz Vázquez daba su clase de Derecho en la distancia, Luis Ángel Sañudo enseñaba desde su casa a diseñar, construir y mantener carreteras. He ahí el propósito de su asignatura "Caminos", que tiene un título que se presta a la metáfora con lo que está sucediendo estos días en la Universidad y que se imparte en el grado en Ingeniería Civil y en el doble grado de Ingeniería Civil e Ingeniería de los Recursos Mineros y Energéticos en la Escuela Politécnica de Mieres.

El docente explica su nuevo método de trabajo hablando de sus "videoconferencias con los estudiantes mediante la herramienta de 'Microsoft Teams' para las clases expositivas" y de los "vídeos grabados mediante la herramienta de videoconferencia 'BigBlueButton' para las prácticas de aula y de laboratorio". También se apoyan en su canal de YouTube "para mostrarles vídeos explicativos" y "en tiempo récord" se han tenido que enfrascar en el traslado de "todo el material presencial a online". Ellos, eso sí, son los alumnos aventajados de esta carrera, toda vez que su asignatura "forma parte de un proyecto de innovación docente sobre infraestructura verde y sistemas urbanos de drenaje sostenible de la Universidad de Oviedo, con lo que ya teníamos trabajo adelantado en este aspecto y ha sido más sencilla la adecuación a la fase online". Además, resalta, les está viniendo muy bien su "experiencia impartiendo docencia online en cursos internacionales".

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