A la pandemia del coronavirus le han bastado solo los últimos quince días de marzo (a partir de la declaración del estado de alarma, con el confinamiento de la población y el cierre de negocios por decreto) para destruir tanto empleo en España (más de 800.000 puestos de trabajo) como el que la recesión de 2008 tardó 101 jornadas laborables en llevarse por delante en nuestro país tras la quiebra el 15 de septiembre de ese año del banco de negocios Lehman Brothers.

Esta comparativa -que ayer utilizó el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en la presentación de las cifras de paro y de afiliación a la Seguridad Social- ilustra el pavoroso desplome de la ocupación en España por las contundentes medidas de contención de los contagios adoptadas por las autoridades sanitarias y que han convertido el mes pasado en el peor del mercado laboral español desde que hay serie estadística.

La afiliación a la Seguridad Social se derrumbó en la última quincena de marzo en 833.979 cotizantes, unas cifras "tremendas", según la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y "sin precedentes" a causa de una situación "excepcional", según Escrivá. Sin embargo, en la media mensual la reducción fue algo menor (se contrajo en 804.793 afiliados) porque durante la primera quincena España había seguido creando empleo.

A pesar de la desaceleración internacional desde 2018 y española desde 2015, a pesar de las dos subidas del salario mínimo interprofesional (del 22,3% en enero de 2019 y del 5,5% en enero de 202), a pesar del impacto negativo del primer foco de coronavirus en China y del aislamiento de la provincia industrial de Hubei desde enero pasado (lo que causó la cancelación de ferias internacionales en España, frenó la llegada de turistas extranjeros al país y forzó el cierre de algunas fábricas y reducciones de producción por falta de componentes y otros suministros chinos) y a pesar de los primeros contagios en Italia y luego en España a finales de febrero, la economía española siguió creando empleo hasta la víspera de la declaración de estado de alarma. Desde el 1 de marzo y hasta el 13 de ese mes las afiliaciones a la Seguridad Social habían aumentado en 65.000 personas, un incremento del 1% interanual.

Producida la hecatombe, la afiliación cayó hasta los 18.445.436 cotizantes, la menor cifra desde enero de 2019 y el 4,18% menos que en el mes precedente. A su vez, el paro registrado se situó al cierre de marzo en 3.548.312 personas (302.265 más que en febrero, lo que supone un aumento del 9,3%) y un nivel de desempleo no visto en España desde abril de 2017.

Las cifras en realidad son aún más dramáticas, dado que el recurso a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) -una vía fomentada desde el Gobierno como alternativa a la destrucción de empleo- está impidiendo que se desborden aún más las cifras de paro. Los trabajadores regulados no constan como parados.

La pandemia del paro. La pandemia del coronavirus está en camino de convertirse en la pandemia del paro. Ayer se supo que en EE UU se destruyeron 6,65 millones de empleos en los últimos siete días (más del doble que los 3 millones de la semana anterior), con lo que en una quincena se han volatilizado 10 millones, lo que no se vio ni en la crisis de 2008, cuando el mundo alcanzó récord de paro.