"Hoy estrenamos una Semana Santa insólita, inimaginable", señaló esta mañana en Covadonga el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, que animó a los asturianos a afrontar esta la pandemia que azota al mundo con "esperanza". El jefe de la Iglesia de Asturias ofició la misa del Domingo de Ramos en la santa cueva de la Santina. Una misa que fue retransmitida en directo por el canal del santuario en Youtube, que llegó a tener cerca de 1.700 conexiones, una cifra nunca antes alcanzada.

Sanz Montes rememoró otras Semanas Santas bien diferentes, las que él mismo disfrutó en Oviedo, y anteriormente en Huesca y Jaca, sedes de las que fue obispo. Y resaltó que la ausencia de procesiones obliga a celebrar las fechas más importantes del calendario cristiano de forma "distinta", pero con la confianza de que "Dios nos acompaña en todos estos lances".

El Arzobispo señaló que "la dureza y el dolor" que está provocando el coronavirus dejará tras de sí "un mundo maltratado". Pero "pasará", porque "pasan las pandemias y pasan las guerras, y después queda reconstruir lo que ha quedado". Una reconstrucción en la que será importante "la esperanza de un Dios que nos acompaña en todos estos lances". Finalizó pidiendo "que la Santina nos bendiga y nos acompañe".

La misa del Domingo de Ramos fue oficiada por el Arzobispo y seis sacerdotes, entre ellos el abad del santuario, Adolfo Mariño. Asistieron a los oficios once monjas del real sitio. También acudió el organista de Covadonga, Fernando Álvarez Menéndez. A la misa siguió el rezo del Ángelus. Como colofón, los presentes cantaron el "Himno a la Virgen de Covadonga", escrito por el poeta Fray Restituto del Valle, de la Orden de San Agustín, con motivo de la coronación canónica de la Santina, realizada en 1918 durante las celebraciones del XII centenario de la batalla de Covadonga.