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Actores de "Oscar" y también profesores

"Deben saber que estamos ahí", dice la hermana Rosario Benítez, del Virgen Reina de Gijón, con "El twist de mi colegio"

Arriba, María Gómez, profesora de Inglés del colegio gijonés Santa Olaya; sobre estas líneas, Rosario Benítez, directora del Virgen Reina.

En tiempos de cuarentena, el maestro se ha convertido en un experto actor, especialista en escenas para levantar el ánimo que se traducen en vídeos que ruedan de alumno en alumno, de móvil a móvil, de una red social a otra.

Los centros educativos de Gijón se han lanzado de cabeza a la creación audiovisual para mantener el contacto con los escolares a través de piezas editadas, todas con resultado cuasi profesional, en las que las pizarras, las fórmulas y la ortografía han dado paso a la música, el baile y los mensajes positivos. En el colegio Virgen Reina hasta la directora, la hermana Rosario Benítez, se ha sumado a un vídeo en el que suena "El twist de mi colegio" para reforzar el mensaje de que "estamos ahí" para lo que haga falta y que, "aunque no haya clases, pueden seguir contactándonos siempre que lo necesiten". Durante varios minutos desfilan por las pantallas docentes pertrechados con mensajes de ánimo, algunos hasta lo hacen disfrazados, con una imagen muy alejada de la que ofrecen en el día a día ordinario. El centro ha preparado un diploma con arcoíris para expedir a todos los estudiantes por su buen comportamiento en unos momentos tan excepcionales.. Cuando todo pase, los alumnos del Virgen Reina tendrán su distintivo.

Deseando volver a verse pronto también han elaborado vídeos los docentes del colegio Santa Olaya, que se han adaptado como auténticos expertos del doblaje con "Un poco de azúcar", de Mary Poppins, para hacer más dulce el trago amargo del confinamiento. Los maestros muestran coordinación para dar vida entre todos a una coreografía de positividad que complementa a los deberes telemáticos.

El Patronato San José se ha esforzado también en hacer llegar unos momentos musicales a sus niños, conscientes de que "nada de lo que está pasando estos días aparece en los libros, aunque con el tiempo lo estudiarán todos los alumnos". Y así les recuerdan que es tiempo de "hacer piña con la familia, repartirse las tareas en casa, conocerse mejor y aceptar que los miedos nos ayudan a ser mejores". Y también animan a los niños a leer, experimentar y ser ejemplo de solidaridad y respeto, a ritmo de "Resistiré".

Todo un despliegue de ingenio en el que las aulas se han vuelto más virtuales, y musicales, que nunca.

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