"El virus nos recuerda que todos somos iguales, porque ataca tanto en los palacios como en los cajeros donde duermen los que no tienen casa", resaltó ayer en Covadonga el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, minutos después de oficiar en la santa cueva la misa del Domingo de Ramos. El culto reunió en la santa cueva, además de al Arzobispo, a seis sacerdotes, entre ellos el abad del santuario, Adolfo Mariño, once monjas y el organista de Covadonga, Francisco Álvarez Menéndez. Los asistentes guardaron la denominada "distancia social" (una monja en cada banco y dispuestas en diagonal), que solo se rom"No hay clases sociales, ni títulos universitarios, ni ricos ni pobres... El virus se ha colado en todas partes. pió durante la comunión.

Las lenguas que hables o el dinero que tengas no importa, ataca a todos por igual", resaltó el jefe de la Iglesia asturiana. "Asomados a este balcón de Asturias que es Covadonga, pedimos la intercesión de la Santina para superar esta pandemia que azota al mundo", indicó unos minutos después de oficiar en la santa cueva la misa del Domingo de Ramos.

El Arzobispo apuntó que, dado que este año no puede haber procesiones de Semana Santa, ni ayer las tradicionales bendiciones de los ramos y las palmas, estas últimas han pasado a ser "las que cada día se oyen durante el rezo del ángelus" al mediodía y "las de la tarde en los balcones", dedicadas a todos los que luchan en primera línea contra el coronavirus.

Sanz Montes deseó a quienes han contraído el COVID-19 y sufren la enfermedad "que lo superen con prontitud"; a los fallecidos, que alcancen "el eterno descanso"; a sus familiares, "mucho ánimo", y al resto de la población, que no ha sufrido directamente la enfermedad, "asumir con generosidad la obligación de permanecer en las casas todo el día".

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Misa del Arzobispo en Covadonga

El prelado lanzó en el santuario cangués un "mensaje de esperanza" para afrontar con la mejor disposición posible la renovación del confinamiento por otros quince días, un hecho que puede "ir deteriorando las ganas de seguir luchando" y propiciar que algunas personas "se vengan abajo". Frente a ello, "oración y ovación", dijo.

El máximo responsable de la Iglesia de Asturias reside en Covadonga desde el pasado 22 de marzo, cuando se acercó para dar una misa en la jornada siguiente. Desde entonces solo regresó a su habitual sede episcopal en Oviedo hace unos días, con motivo de la muerte de varios sacerdotes. Han sido seis los fallecidos en el clero asturiano, dos de ellos afectados por coronavirus. "Eran todos ya muy mayores, el más joven tenía 87 años y el mayor 98, así que ya estaban en riesgo de entregar su alma a Dios", señaló Sanz Montes.

"Hoy estrenamos una Semana Santa insólita, inimaginable", señaló el Arzobispo al pie de la imagen de la Santina durante la misa, en la que animó a afrontar la pandemia que azota al mundo con "esperanza". El jefe de la Iglesia de Asturias ofició una celebración que fue retransmitida en directo por el canal del santuario en Youtube y que llegó a tener cerca de 1.700 conexiones simultáneas.

Sanz Montes rememoró durante el sermón anteriores Semanas Santas, muy diferentes de la actual, en la que el confinamiento impide las celebraciones habituales. Recordó las Semanas Santas que disfrutó en Oviedo, y anteriormente en Huesca y Jaca, sedes de las que fue obispo. Y resaltó que la ausencia de procesiones obliga a celebrar las fechas más importantes del calendario cristiano de forma "distinta", pero con la confianza de que "Dios nos acompaña en todos estos lances".

El Arzobispo auguró que "la dureza y el dolor" que está provocando el coronavirus dejará tras de sí "un mundo maltratado". Pero "todo pasará", porque "pasan las pandemias y pasan las guerras, y después quedará reconstruir lo que ha quedado", expresó. Una reconstrucción en la que será importante "la esperanza". Finalizó la misa pidiendo "que la Santina nos bendiga y nos acompañe".

A la misa siguió el rezo del ángelus. Como colofón, los presentes cantaron el "Himno a la Virgen de Covadonga", escrito por el poeta Fray Restituto del Valle, de la Orden de San Agustín, con motivo de la coronación canónica de la Santina, realizada en 1918, durante las celebraciones del XII Centenario de la batalla de Covadonga.