Los vecinos de los concejos turísticos deben denunciar a los visitantes "piratas", que viajan estos días a sus residencias vacacionales en Asturias. Fue la petición lanzada ayer por el presidente del Principado, Adrián Barbón, que, ante las quejas recibidas desde municipios costeros, pidió a la Delegada del Gobierno, Delia Losa, que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado refuercen la vigilancia y sancionen a quienes incumplan el estado de alarma.

"No dudéis en comunicar tales situaciones a las diferentes autoridades de cada concejo, al objeto de que se pueda actuar"

, señaló en su perfil de Facebook Barbón, que considera que todos podemos ser "responsables involuntarios de la propagación del virus. Por eso es tan importante cumplir con la orden de confinamiento estrictamente", añadió.

También la Federación Asturiana de Concejos (FACC) recordó a la ciudadanía que está prohibido viajar a las segundas residencias, por lo que instó a permanecer en los domicilios habituales durante la Semana Santa. Asimismo, solicitó a los ayuntamientos que, a través de sus Policías Locales, extremen los controles para impedir esos traslados. Y requirió la colaboración ciudadana para alertar a las autoridades si detectan estas actuaciones. La Guardia Civil ya está actuando: intensificó los controles de tráfico._En el fin de semana realizo 200 controles e identificó a más de 4.000 vehículos.

En Gijón, J. R. L. D., cubano de 48 años, fue detenido tras dar un puñetazo a un policía local que, tras verle deambular por el parque de El Solarón con un perro suelto de una raza potencialmente peligrosa y sin bozal, se había acercado para pedirle la documentación. El acusado agredió al agente y echó a correr por el parque llamando a las autoridades "fascistas" y asegurando que el estado de alarma es "una dictadura". Fue acusado de un delito de desobediencia y resistencia grave. Lo llevaron a un centro de salud, donde tampoco colaboró con los sanitarios, y a la comisaría de la Policía Nacional. Durante el traslado continuó lanzando todo tipo de insultos.

La Guardia Civil detuvo también ayer a dos personas en Belmonte de Miranda. Ambos fueron trasladados al calabozo de la Comandancia de Oviedo para ser puestos a disposición judicial. En Fontoria, un varón de 54 años fue interceptado a cien metros de su domicilio. El hombre, que tiene una ejecutoria de localización permanente del Juzgado de Grado, se enfrentó a los agentes, a los que insultó y escupió, motivo por el que fue detenido por desobediencia grave y atentado contra la autoridad.

Una hora después, otra patrulla detuvo a un hombre de 41 años en Longoria, a 10 kilómetros de su domicilio en Leiguarda. Ya había incumplido en cuatro ocasiones el confinamiento. Cuando fue requerido por los agentes, se enfrentó y trató de huir, ofreciendo resistencia al ser detenido.

En Oviedo se tramitaron ayer 16 sanciones, todas a personas que circulaban por la calle sin motivo justificado.

En Avilés, entre las 15.00 horas del domingo y las 15.00 de ayer fueron sancionadas 26 personas. En ese periodo de tiempo, la Policía Local, que estos días trabaja de manera coordinada con la Policía Nacional, identificó a 412 personas: 161 peatones y 251 conductores.

La Guardia Civil impide el desembarco de unos franceses en Luarca

La Guardia Civil impidió el desembarco en el puerto de Luarca de los cinco pasajeros de un catamarán francés. La embarcación había salido de Marsella el pasado 13 de marzo, por lo que se cree que sus ocupantes desconocían la prohibición de bajar a tierra por el estado de alarma decretado en España. El barco, que permaneció dos días en el muelle luarqués (en la imagen), fue autorizado finalmente a partir de nuevo, en este caso con destino al puerto francés de La Rochelle, informa A. M. S.

El Delegado de Participación Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Asturias entregó ayer un pequeño obsequio a un niño con diversidad funcional en Oviedo. De esta manera la Jefatura quiere mostrar su apoyo a muchos padres que han sido increpados por los vecinos al salir a la calle con los menores y recuerda que así lo permite, excepcionalmente, el estado de alarma para personas con discapacidad intelectual.

La madre del menor ha hecho recientemente un llamamiento para llevar un pañuelo azul o vestir con una prenda de ese color para identificar a aquellos niños que por necesidad tienen que salir a la calle y con el fin de que cesen los insultos de las personas menos comprensivas con la difícil situación.

Se da la circunstancia de que el menor y la madre sufrieron en repetidas ocasiones agresiones verbales por parte de los vecinos que desde las ventanas los increparon por no respetar el aislamiento.

La Policía Nacional ha solicitado la colaboración vecinal para la comprensión de la difícil situación en la que viven las personas que tienen a su cargo algún menor con discapacidad intelectual, que eviten increparles y que se pongan es su lugar y que entiendan que no es un capricho sino una necesidad.