"Me emocioné mucho cuando vi al personal sanitario cantándome el cumpleaños feliz". Así se expresaba ayer Sabino Zapico, de 79 años, que estuvo ingresado durante una semana en el Hospital Álvarez-Buylla de Mieres ante la sospecha de que podía padecer coronavirus. Afortunadamente, dio negativo en los dos controles y, una vez que se recuperó, pudo volver a su casa con su familia. Una semana después de lo ocurrido, este mierense solo tiene palabras de agradecimiento "para todo el personal sanitario del Hospital Álvarez-Buylla: hacen un trabajo excelente y se portaron muy bien".
Eso sí, no lo pasó tan bien la semana que estuvo ingresado, y tampoco su familia, como señala su hijo, Damián Zapico: "Se hacía muy difícil no poder verle y, claro, el miedo a que tuviera coronavirus y no estar con él". Por eso, cuando finalmente le dieron el alta y volvió a su casa, "fue muy emotivo". Antes de su ingreso, Sabino "tenía tos, le subió la fiebre y le estuvimos tratando con paracetamol, pero llegó un momento en el que decidimos llamar al ambulatorio". Una vez en el hospital "dio negativo de coronavirus en la primera prueba, y volvería a darlo en la segunda". Aun así, permaneció ingresado en la planta de sospechosos de COVID-19 hasta que se curó de sus dolencias.
Durante la semana que estuvo en el hospital, Sabino Zapico también celebró su cumpleaños, concretamente el pasado día 1. Una efeméride que, en otras circunstancias, habría celebrado junto a su familia. Pero no pudo ser. Sin embargo, el personal del hospital no quiso que la celebración pasase de largo y se decidió a cantarle el "Cumpleaños feliz" del grupo "Parchís". Toda una "sorpresa" que el mierense agradeció y dio cuenta de la humanidad del personal que trabaja en el centro hospitalario, más en estos días tan duros.
Afortunadamente, Zapico recibió el alta médica al día siguiente y, ya sí, pudo celebrar su cumpleaños con su familia en Figaredo. "Ahora ya está en casa y poco a poco vamos recuperando la normalidad", asegura su hijo, quien da cuenta de que "mi padre está mucho mejor y ya puede hacer lo que hacía antes de todo, como leer LA NUEVA ESPAÑA, que nunca falta en casa".
El Hospital Álvarez-Buylla de Mieres fue de los primeros en prestar apoyo al Hospital Central de Asturias (HUCA) cuando estalló la crisis del coronavirus. Se acondicionó una única planta para afectados por COVID-19 con una veintena de camas. También hay otro espacio reservado para personas sospechosas de padecer la enfermedad, en la que estuvo ingresado Sabino Zapico.
