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De Isla Reunión a Guatemala: así viven el encierro los asturianos por el mundo

LA NUEVA ESPAÑA recopila las historias de más de treinta personas nacidas en el Principado, desde todos los continentes, en primavera o en invierno, que explican las condiciones del confinamiento por el coronavirus

De Isla Reunión a Guatemala: así viven el encierro los asturianos por el mundo

El confinamiento asturiano en los confines del mundo es una cuestión de contrastes. De invierno a verano, pasando por primavera u otoño, en solo una llamada. Está Ignacio, por ejemplo, que pone el foco en el clima tropical de Ciudad de México, o Javier, que desde su casa en Hong Kong puede saber hasta que comunidades de vecinos tienen contagios por coronavirus. También está Tamara, que lo ve con calma desde Isla Reunión, tan a gusto a treinta grados, pero con justificante para salir de casa. Carlos, por ejemplo, también tiene calor, pero no lo está pasando especialmente bien en la India. Cada lugar, cada persona, es una historia por descubrir. Desde el permiso para salir de dos en dos en Alemania o las guarderías abiertas para hijos de trabajadores esenciales en Estados Unidos. LA NUEVA ESPAÑA se ha puesto en contacto con más de una treintena de asturianos que viven fuera de España para conocer de primera mano como es el confinamiento más allá de nuestras fronteras. Los testimonios abarcan todos los continentes.

Tamara Gutiérrez (Oviedo, 1989), trabaja de fisioterapeuta en Isla Reunión (región de ultramar de Francia, pertenece a las islas Mascareñas): "Podemos salir durante una hora al día con justificante"

"Nos regimos por lo que mandan en Francia, hay más trescientas personas infectadas y la mayoría son personas que vienen de fuera (en la isla hay alrededor de un millón de habitantes). El 75% de los casos son importados, solo hay tres personas en UCI y 33 en planta. Llevamos confinados desde el 16 de marzo, pero no es tan estricto como en España. Puedes salir a hacer deporte y a sacar el perro, durante una hora al día y en un ratio de un kilómetro si llevas un justificante. Yo he salido bastante y no he visto ningún policía, aunque se ve menos gente por la calle. La gente sigue quedando y jugando al baloncesto. La mayoría de la gente de aquí vive en casas, no hay edificios grandes salvo en la capital. Vivo con mi pareja y lo llevamos muy bien, no nos sentimos encerrados. Hace buen tiempo y estamos a treinta grados. El confinamiento, en teoría, dura hasta el 15 de abril, aunque se puede prolongar".

Lucía Nuevo (Oviedo, 1992), arquitecta, vive en Rotterdam (Holanda), pero trabaja en Amsterdam: "No hay cuarentena estricta"

"Aquí no hay cuarentena estricta, lo han llamado cuarentena inteligente o ´smart lockdown`. Yo llevo 3 semanas de confinamiento voluntario y teletrabajando. En principio, el Gobierno dijo que no iba a tomar apenas medidas para que el coronavirus no tuviera impacto en la economía. Las recomendaciones iniciales eran no saludar dando la mano, distancia de 1,5 m y distanciamiento social. La idea inicial que tenían era hacer muchos test (inspirándose en Corea), para controlar el contagio apoyándose en la teoría de la inmunidad colectiva, que no se ha demostrado. De momento, no se están haciendo pruebas masivas, y el Gobierno ha ido cambiando el rumbo. Ponen mucho énfasis en la responsabilidad personal y el distanciamiento social, penalizan ir por la calle a grupos de más de 3 personas, y la gente se está quedando en casa. De momento, vamos a 1000 contagios diarios en los últimos días y la tasa de mortalidad es elevada. Debido a las pocas camas en la UCI por habitante, el Gobierno ha pedido a los médicos que de verdad se planteen quién va a la UCI y quién no (así que la población de riesgo está algo indefensa y han aumentado mucho las críticas). Los servicios sanitarios también bastante colapsados. La sanidad, aquí, es de pago".

Cristina Alonso-Vega (Oviedo, 1967), es médico en Cochabamba (Bolivia): "Solo se puede salir de lunes a viernes y solo un miembro de la familia"

"Hay cuarentena, y se fueron incorporando medidas poco a poco. En cuanto apareció el primer caso se cerraron los colegios y se prohibieron las reuniones de más de cien personas. Las medidas fueron más estrictas con el paso del tiempo, el 21 de marzo se hizo la cuarentena total y se fueron cerrado los vuelos. La cuarentena consiste en que, de lunes a viernes, solo puede salir un miembro de la familia y el día de salida es según el carné de identidad. Si acabas el 1 o en 2, por ejemplo, el lunes. Y las salidas son para aprovisionarse, a no ser que seas un sector esencial".

Sara García (Oviedo, 1993), trabaja en una empresa hotelera en el centro de Londres (Inglaterra): "Las empresas tomaron medidas antes que el Gobierno"

"Las empresas empezaron a tomar medidas antes de que Gl gobierno se tomara las cosas en serio. Cuando Boris Johnson empezó a recomendar a la gente quedarse en casa, los que tenemos trabajos de oficina ya llevábamos casi una semana trabajando en remoto. El anuncio del confinamiento fue un viernes, pero no se hizo efectivo el sábado así que los bares y restaurantes estaban llenos la noche anterior. La gente parece que se lo está tomando más en serio, cruzas la calle y ya se ve gente con mascarilla y guantes. En los supermercados tienen marcas en el suelo y controlan el aforo, pero todavía podemos ir acompañados, mientras no vayas con gente que no sea de tu casa no tienes ningún problema, al menos por ahora. La policía y el ejército, a diferencia con España, no están en las calles. Aquí no se ve más de lo normal y nadie nos ha parado aún por la calle para preguntar a donde vamos. Todavía se puede salir a hacer ejercicio y estos días estamos aprovechando un poco por si las medidas se endurecen, siempre evitando gente. Pese a las recomendaciones, hay ajetreo por la calle, sobre todo en los parques".

Daniel Sampedro "Logan" (Oviedo, 1992), es modelo. Vive en Siargao Island (Filipinas): "Todavía no hay ningún caso"

"En la isla donde estoy no hay ningún caso de coronavirus, pero han cerrado restaurantes y bares, prohibieron actividades en grupo y tenemos toque de queda a las 9. Hay cuarentena, pero sin confinamiento, desde hace 3 semanas y en principio hasta el 30 de abril. Como no hay ningún caso confirmado, en la isla no implementan medidas más drásticas. Vivo con 3 amigos en una casa normal con una terraza que da al mar, pero como se puede ir a la calle y a la playa no importa mucho la casa"

Javier Barro Ruiz (Oviedo, 1982), es profesor de español en Hong Kong (China): "Podemos saber que edificio tiene contagiados"

"Hong Kong fue uno de los primeros lugares donde empezó la infección, ya recuerdo estudiantes en diciembre hablando del virus. A partir de enero, el uso de máscaras estaba generalizado y aquí fue bastante efectivo, porque estábamos acostumbrados, tuvieron el SARS hace diez años. No se saluda con la mano ni con besos, sino con distancia. Se desinfectan las zonas comunes con regularidad y todo el mundo tiene máscaras. En Hong Kong veníamos de protestas políticas, con uso de gas lacrimógeno, todas las familias de Hong Kong tenían mascaras. Yo no tuve que comprar, porque ya tenía en casa. Las medidas, que son extraordinarias en España, aquí eran prácticamente el pan de cada día. Ahora han vuelto muchas personas que estaban en Europa y han regresado con el virus, por lo que se han aumentado las medidas. Aquí se recomienda trabajar online y casi todo está cerrado. Los restaurantes, en cambio, están abiertos, pero te miden la temperatura y hay distancia entre las mesas. Y esto, solo por sesenta nuevos casos. Aquí no es tan importante lo que trasladan las autoridades, no hace falta un proceso de educar a la población en temas de distancia o uso de máscara. En Hong Kong podemos seguir en tiempo real en qué edificio hay un nuevo infectado y donde están los nuevos recuperados, la información que nos trasladan es muy detallada. También, porque Hong Kong es pequeño".

Jorge Franganillo (Oviedo, 1976), trabaja como periodista en Nueva York: "Trump está perdido"

"Nueva York es el foco de la pandemia en Estados Unidos. Se ha decretado la cuarentena, pero no es obligatoria como en España. Se puede salir a pasear y a los parques, aunque ya prohibieron la zona de juego de niños. Los restaurantes están abiertos, pero solo para pedir comida a domicilio. Las cafeterías, lo mismo, y también las licorerías. El gobernador de Nueva York se está convirtiendo en una especie de héroe, su popularidad está subiendo en sus comparecencias. Trump, en cambio, está perdido: dando tumbos y negando la realidad".

Alejandro López Coto (Oviedo, 1980), tiene un restaurante de comida asturiana y española en Lima (Perú): "La situación está a punto de explotar"

"La situación sanitaria parece controlada y el Gobierno ha ido replicando las medidas de España. De momento, no llegamos a los 4.000 infectados, pero el problema es que la capacidad de reacción no es como la de España si esto se desborda. Tienen 200 camas de hospital para 38 millones de peruanos y ya hay 100 ocupadas. La situación está a un tris de explotar y como suceda€La cuarentena la empezamos el lunes 16 de marzo y vamos a estar así hasta el 26 de abril. En teoría, el lunes que viene deberíamos haber empezado la vida normal. Estamos en el alambre. El problema grande puede ser humanitario en las zonas más deprimidas y, si se levanta la cuarentena, el problema será en los hospitales. El presidente peruano está dando una lección de honestidad, trabajo y trasparencia. Se pone delante de la cámara todos los días menos los domingos, explica la situación, da datos, soluciones, propone, aconseja, responde todas las preguntas€Es una lección para los países que nos llamamos grandes, no podemos otra cosa que quitarnos el sombrero. Nosotros somos empresarios, estamos bien en lo personal, no tanto en lo profesional. Llevamos tres años luchando para dar a conocer la cocina asturiana en Perú, que nos la desarrolló Daniel Alonso. La cuarentena nos ha puesto en una situación muy difícil, que si se alarga probablemente tengamos que echar el candado. Me gustaría, por cierto, llamar a la puerta del Principado, somos muchos empresarios asturianos que vendemos sus productos lejos de la tierra".

Manuel García Noriega (Mier, Peñamellera Alta, 1956), es hotelero en Santo Antônio do Leite. Ouro Preto, Minas Gerais (Brasil): "El pueblo tiene miedo"

"La cuarentena fue decretada hace veinte días. En el estado Minas Gerais hay poca incidencia de casos, por lo que no es tan rígida como en España. Yo vivo en el área rural, tengo una posada que lleva un mes cerrada. Las autoridades políticas viven en conflicto, unos queriendo relajar y otros apretar. El pueblo está con miedo. En las ciudades grandes, tipo sao Paulo, Belo Horizonte la cosa es más seria. Todo está cerrado".

Ana Menéndez (Posada de Llanera, 1989), trabaja de publicista en Ciudad de Guatemala (Guatemala): "Nos exigen salir con mascarilla"

"Cuarentena como tal no hay, pero tenemos toque de queda de 16.00 a 4.00 horas y llevamos así desde el 22 de marzo. De momento, hay 95 casos, 3 fallecidos y 15.000 personas en cuarentena. Dos localidades están totalmente aisladas y el presidente recalca que hay que quedarse en casa y usar mascarillas, algo que te exigen para salir de casa. De momento, han hecho dos hospitales de campaña y están construyendo otros dos. Hicieron cajas solidarias (con alimentos) para las familias más necesitadas y las están distribuyendo. No sabemos hasta cuándo vamos a estar así, dicen que si llegamos a tener más de 20 casos al día si decretarían la cuarentena total".

Carlos Moro García (Pola de Siero, 1992), trabaja como ingeniero de robótica en Odense (Dinamarca): "No hay restricción de movimientos como en España"

"En Dinamarca se aplicó una cuarentena distinta a la española. Fue anunciada el día 11 de marzo y una de las primeras medidas fue enviar a todos los trabajadores del sector público posibles a trabajar desde casa y recomendar al sector privado que hiciera lo mismo. Mi empresa tomó la sugerencia a rajatabla y envió a todos los desarrolladores que pudieran hacer su trabajo desde casa a hacer trabajo telemático, y los que no pueden manteniendo las distancias en la oficina. También recomendaron salir poco de casa, pero no hay ninguna restricción en cuanto al movimiento de personas como en España. Sin embargo, antes de que transcurrieran dos semanas el Gobierno hizo un nuevo anuncio indicando que la cuarentena se extendía otras 2 semanas más, a la vez que cerraban bares, restaurantes y centros comerciales. Además, también prohibieron agrupaciones de más de 10 personas tanto dentro como fuera de casa. Hace poco la primera ministra hizo un nuevo comunicado en el que anunciaba que a partir del día 15 de abril la educación primaria y las guarderías volvían a abrir, y unos días después otros centros educativos. El resto de medidas siguen vigentes, y las recomendaciones para el sector privado también. De hecho, mi empresa va a mantener el trabajo telemático. Además, el Gobierno anunció que todos los grandes eventos quedaban cancelados hasta septiembre".

Diego Rimada Ordiales (Oviedo, 1996), estudiante erasmus en Pissa (Italia): "La máscara es obligatoria"

"Hay cuarentena, llevamos más de un mes sin poder salir y la han ampliado. Ahora es obligatorio usar máscara para salir a comprar y no puedes quitártela hasta que no vuelvas a casa. Se supone que en un par de semanas deberían empezar a abrir comercios que no sean de primera necesidad, pero supongo que cafeterías y ocio todavía no abrirán".

Antonio Herrero (Oviedo, 1952), sacerdote diocesano en la Misión de Asturias en Benín (África): "Aquí no hay ni medios para enfermedades corrientes"

"Estamos en los comienzos, hay registrados 26 casos y un fallecimiento, pero eso son las cifras oficiales. No es posible la cuarentena o el confinamiento para todo el mundo. La gente vive al día y tienen que salir a trabajar y a buscarse la vida. Si no, en vez de morir por la enfermedad morirían de hambre. Yo me siento enviado por Jesús y por la Iglesia a llevar a los más pobres una palabra de esperanza y soy feliz de estar aquí con ellos en este momento. no hay apenas medios sanitarios para enfermedades corrientes, pues con esto que viene la situación todavía será peor".

Nicolás Martín Paredes (Oviedo, 1989), ingeniero de Minas en Cracovia (Polonia): "Se deben usar guantes en supermercados"

"Cerraron las fronteras el 14 de marzo y confinamiento de 14 días para los que volvían de fuera. Después, declararon el estado epidemiológico y el confinamiento se extendió a todo el mundo menos sanitarios y trabajos esenciales tipo supermercados, farmacias y envíos de comida a domicilio. El número de infectados y muertos es muy bajo por las rápidas medidas tomadas aquí. Te permiten ir a hacer la compra (incluso en coche) pero las medidas se notan en las colas con metro y medio entre cada persona y el número limitado de personas que pueden entrar a la vez por ejemplo en el hipermercado al que voy yo. Está controlado por el personal de seguridad del supermercado y a veces viene la policía a ver que todo vaya bien. Es obligatorio el uso de guantes dentro del supermercado (no el de máscaras) y los guantes los proporciona el propio supermercado al que no tenga".

Carlos Jiménez (Avilés, 1995), vive en Tailandia, pero el coronavirus le pilló en la India: "Cuesta encontrar comida"

"Estamos pendientes de la decisión del primer ministro, que en principio ampliará la cuarentena otra semana más hasta mayo. Nos cuesta encontrar comida, aunque estos días hemos encontrado más. Tenemos poco dinero porque nos pilló de viaje".

Ignacio Felgueroso (Oviedo, 1987), vive en Ciudad de México y trabaja en una compañía de software financiero: "El confinamiento es voluntario"

"No existe un confinamiento obligatorio, es voluntario. Debido a la divergencia que existe, las clases altas y medias están confinadas, saliendo para lo esencial. El problema en México es que las clases bajas, al no tener recursos suficientes, no pueden dejar de salir a la calle. Si ahora no hay tanto número de contagiados imagino que será por el clima tropical que tenemos aquí. En las pocas ocasiones que he salido he observado que las zonas ricas están desoladas, pero en las afueras hay normalidad. López Obrador, el presidente, empezó a tomar medidas hace poco para evitar la propagación".

Carlota Álvarez-Hevia (Oviedo, 1992) y su pareja Alberto Arias (Oviedo, 1992), viven Melbourne (Australia), ella es odontóloga y él consultor.

Responden en conjunto a las cuestiones de LA NUEVA ESPAÑA: "Se puede salir a hacer deporte"

"En Australia hay menos casos, el primero apareció un poco antes que en España, con la llegada de un crucero procedente de Japón. Las medidas se tomaron de forma inmediata y a los pocos días bloquearon el acceso de personas procedentes de las zonas de riesgo (China, Japón, Italia, Corea). A medida que la situación avanzaba se fueron implantando medidas cada vez más estrictas, tales como limitar la entrada al país exclusivamente a ciudadanos australianos y obligarles a hacer cuarentena durante 2 semanas en hoteles habilitados por el Gobierno. A día de hoy, para evitar contagios en la comunidad, sólo está permitido salir de casa para ir al supermercado, hacer deporte y/o la compra de necesidades esenciales, pero siempre manteniendo la distancia de seguridad impuesta de 1,5 metros con el resto de personas. Las medidas tomadas parecen estar surtiendo efecto, ya que la curva de contagios está bajando. El Gobierno ha transmitido tranquilidad desde el primer momento, con ruedas de prensa diarias en las que se anuncian y explican con claridad las medidas que se van tomando - proporcionar un paquete de ayuda a empresarios y trabajadores australianos que cubre seis meses de salario mínimo garantizado, ayuda a las personas impactadas con el pago del alquiler, prorrogación de pago de impuestos - así como pidiendo colaboración por parte de la ciudadanía. Nosotros en casa tratamos de hacer que los días pasen de la forma más amena posible y con la mejor actitud. A pesar de estar tan lejos, gracias a la tecnología mantenemos el contacto con nuestras familias y amigos".

Pablo López Coto (Oviedo, 1983), vive en Quito (Ecuador) y trabaja de abogado: "Hay toque de queda"

"Llevamos tres semanas confinados, hay toque de queda desde las 14.00 horas hasta las 02.00. Además, ya han comunicado que se prolonga hasta fina de mes. El sistema de salud, aquí, es más precario y de normal ya puede estar saturado. En la costa, la gente vive del comercio y hay zonas más pobres"..

Miguel García (Oviedo, 1995), fisioterapeuta en La Lorena (Francia): "Ya no se permite la práctica deportiva"

"Vivo en un entorno rural, de 5.000 habitantes, y hemos tenido casos. El estado de alerta comenzó el 16 de marzo, después de las elecciones municipales. Tenemos medidas restrictivas de desplazamiento y tenemos que llenar un papel. Antes se permitía la práctica deportiva, durante una hora, en un radio de 1 kilómetro. Podemos salir a la compra y también obtener cosas que necesitemos para el trabajo. Hay muchos casos, aunque en Francia no hacían tantos test como en España. La gente, donde yo estoy, lleva una vida tranquila. Los niños juegan en los parques, no hubo problemas ciudadanos".

Nacho Álvarez Argüelles (Avilés, 1993), Trabaja como "bike enginnerr" en Fribourg (Suiza): "Por el momento, no hay cuarentena"

"Por el momento, aquí no hay cuarentena, aunque es cierto que la mayoría de negocios, están cerrados y solo se mantienen abiertos los de primera necesidad (supermercados, farmacias, gasolineras...). Las medidas que está tomando el Gobierno se basan en recomendaciones. Como, por ejemplo, no salir a la calle en grupos de más de 4 personas, no realizar ninguna actividad de riesgo o evitar al máximo posible utilizar el transporte público. La información que dan es que el sistema sanitario tiene aún bastante margen, y que de seguir en esta línea no se plantean aplicar medidas más estrictas o una posible cuarentena. Yo vivo en un piso compartido, con otras dos personas. Aunque es verdad que podemos salir a la calle libremente, sí que procuramos pasar el mayor tiempo posible en casa, y la verdad es que el piso es lo suficientemente grande para llevar lo mejor posible estos días, y tenemos una terraza que ayuda mucho".

Isabel Vigil (Gijón, 1988), dentista en el servicio público de Tahití (Polinesia Francesa): "El Gobierno da ayudas de 800 euros a los trabajadores que no puedan ir a su puesto"

"Desde el 23 no solo estamos en cuarentena, sino que está completamente prohibido salir a partir de las 20h y hasta las 5h. La venta de alcohol está prohibida para evitar las fiestas que se produjeron el primer fin de semana de confinamiento. Cada día, el Gobierno envía un comunicado con el número de casos, el número de hospitalizados y el número de muertos, incluso por zona geográfica. Aquí, todo el mundo está exento de ir a trabajar, a no ser que te obliguen, como es en mi caso. Para ir a comprar o trabajar te hace falta un papel disponible en la página del gobierno y, si no lo llevas, multa al canto. Hay controles todos los días en la carretera y como solo hay una es fácil para ellos el control de todo el que se mueve. El Gobierno de aquí, que tiene cierta independencia de Francia, ha decidido dar ayudas a todo trabajador (autónomo o asalariado) que no pueda ir a trabajar con 100.000 Francos (840 euros) al mes. Y para las familias que no trabajan la ayuda es de 50.000 por familia (420 euros por casa). Por lo que respecta a los colegios, aquí tienen una plataforma digital (que no todo el mundo tiene acceso por las diferencias sociales€) y los profesores están subiendo ejercicios diarios, correcciones, hacen videollamadas con los niños para dar clases. De momento sigue la fecha de que se retomarán las clases el 15 de abril, pero todos nos tememos que se alargue porque cada día hay más casos y ahora ya es dentro del territorio el contagio (antes solo era por turistas que venían). Respecto a otro aspecto del confinamiento, aquí se puede salir a 2 km de casa, y con el papel donde ponga donde vives y a qué hora saliste de casa. Si te pillan con el papel en blanco, multa".

Gerardo Fueyo (Mieres, 1966), trabaja como consejero en la Embajada de España ante la Santa Sede en Roma (Italia): "En el Vaticano está todo cerrado"

"El Gobierno italiano ha decretado el confinamiento hasta el día 13 de abril, pero todo el mundo daba por hecho que se prorrogaría al menos, hasta comienzos de mayo y ya se ha hecho oficial hasta el 3. Para la segunda fase, la de ir levantando parcialmente el confinamiento y reanudando parcialmente la actividad, Roma está en relativamente buena posición, pues los datos de la capital no son tan malos como en el norte del país. Las autoridades italianas transmiten calma, pero previenen de que no hay que bajar la guardia, y anticipan que habrá que tener paciencia todavía unas semanas más. En el Vaticano está todo cerrado, y el Papa está celebrando los oficios de Semana Santa prácticamente solo en la Basílica de San Pedro. Una soledad retransmitida a todo el mundo por televisión".

Pablo Ruiz (Oviedo, 1981), trabaja como ingeniero en Dublín (Irlanda): "El Gobierno actuó rápido"

"La situación en Irlanda está bastante controlada. El Gobierno actuó bastante rápido cuando el número de contagios era bajo, suspendiendo toda la docencia y eventos como las grandes celebraciones de San Patricio el 17 de marzo que más o menos marca cuando el país entro en cuarentena. En ese momento, muchos amigos de Dublín se volvieron para España y están teletrabajando desde ahí. El Gobierno, desde el principio, fue claro avisando de que habría muertes y tomando las medidas necesarias. En mi caso, el viernes 13 de marzo fue el ultima día en oficina, desde ese día estoy trabajando desde casa. Los primeros días hubo un periodo de transición al teletrabajo, pero a día de hoy estamos trabajando igual o más que cuando trabajábamos en la oficina. Vivo con mi novia en un piso los dos solos, trabajando las horas normales y pasando el tiempo viendo series, jugando a juegos de tablero o haciendo cosas que teníamos pendientes".

Laura Fernández Medina (Pola de Siero, 1987), trabaja como emprendedora en Poitiers (Francia): "Están informando con trasparencia"

"La situación está bastante a salvo porque no hubo mucha importación de casos antes de la cuarentena, que empezó el día 16 de marzo. Todas las noches comparece el primer ministro o el director de la salud para informar de la situación diaria y, al principio de la cuarentena, de las medidas que se iban a tomar a nivel sanitario y también económico. A mi manera de ver, informan con transparencia. En Paris, donde se vive más en pisos, desde hace 3 días han restringido la hora de salida a correr: no se puede salir entre las 10 y las 19. Nosotros vamos a comprar aproximadamente una vez cada 10 días. Como normalmente ya trabajaba al ordenador, mi vida no ha cambiado mucho. Desde el principio de la cuarentena el gobierno sacó una atestación con diferentes casillas de razones válidas de salir para los particulares y otra para los trabajadores. Tenemos que llevar cada día una diferente firmada con la hora de salida".

Julia Reñones (Oviedo, 1996), estudiante de Arquitectura en un erasmus internacional en Salvador de Bahía (Brasil): "Brasil está haciendo frente al coronavirus"

"Desde hace casi un mes algunas instituciones, siguiendo las pautas de la OMS, recomendaron a la población el aislamiento social en casa. Por entonces, al igual que todos los países que se han visto afectados por el COVID, primero cerraron universidades y colegios y, sólo días después, el comercio no esencial y el transporte terrestre. Cuando todo apuntaba que Brasil no se iba a salvar de esta pandemia, muchos de los estudiantes europeos cercanos a mi regresaron para sus países de origen en Europa. Otros como yo, hemos decidido quedarnos. Actualmente, estoy viviendo con la familia de mi pareja en un barrio histórico y humilde de la ciudad, en una casa normal con puertas a la calle desde donde vemos todo lo que pasa fuera. Al menos podemos disfrutar de un pequeño jardín de la casa para aguantar el calor húmedo tropical. Hace 3 semanas, la imagen de nuestro confinamiento nada tenía que ver con la de España en el momento, veíamos gente haciendo vida normal en los bares o plazas. Y peor aún mientras, en la televisión, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, incentivaba concentraciones en las calles contra la cuarentena para proteger la economía del país. Esto ha creado una preocupación nacional que no solo se enfoca por la presencia de un nuevo virus sino peor aún por las consecuencias que esto podrá generar en un país con tanta desigualdad social. Actualmente, para nuestra tranquilidad, Brasil está haciendo frente y se está tomando medidas cautelares como la reapertura de hospitales o el aumento de material sanitario. Por ahora la expansión es lenta y creciente puesto que han actuado con rapidez. Me siento tranquila".

Ruth Pozuelo (Oviedo, 1975), es Consultora en Västerås (Suecia): "No hay cuarentena y está todo abierto, pero nos piden ser responsables"

"En Suecia los hospitales aún tienen capacidad, pero, como en todos los países, el número de casos aumenta. Ahora mismo se está intentando controlar el contagio en los asilos de ancianos. No tenemos cuarentena obligatoria, pero el Gobierno ha pedido a los ciudadanos quedarse en casa e intentan seguir así mientras la situación en los hospitales sea manejable. Las autoridades han pedido a la población ser responsable y aquellos que se puedan quedar en casa trabajando, que lo hagan. Esta todo abierto, pero hay mucha menos gente en movimiento, quizás siendo la excepción Estocolmo.

Se ha prohibido visitar los asilos de ancianos y ahora en Semana Santa se pide a la gente que no se vayan a sus cabañas de invierno y por ahora la mayoría lo está respetando".

Carmen Zuazua (Oviedo), estudiante de Economía, actualmente cursando una beca Erasmus en Bologna, Emilia-Romagna, (Italia): "Tenemos algo más de libertad"

"La situación es complicada, como en todo el mundo. Sin embargo, aquí, al ser una ciudad donde predomina la gente joven, tenemos algo más de libertad. Llevamos en cuarentena desde el 8 de marzo. La evolución es positiva, la región más afectada es Lombardía. Las autoridades del país prevén la cuarentena (oficialmente) hasta el 13 de abril y luego, una incorporación gradual de los servicios. La situación es sin precedentes, como para todos. Cuesta estar lejos de los tuyos, de la tierrina. Sin embargo, me siento feliz y creo que he tomado la decisión correcta. Lo que más miedo me daba era poner en riesgo a mi familia. Yo vivía en una residencia y me he mudado a casa de un amigo para no pasar sola estos días, vivimos en el centro de Bologna, en un apartamento pequeño, pero con mucha luz, por ahora, todo va bien pero cada día que pasa, la falta de actividad se hace más presente".

Carmen González Bellón (Pola de lena de 1991). Trabaja de arquitecta en Freiburg (Alemania): "Podemos salir a pasear, pero de dos en dos"

"Hay cuarentena, pero poco restrictiva. Todo está cerrado, tiendas, colegios, universidades€Las medidas empezaron más o menos a la vez que en España. Se puede salir a pasear de dos en dos y las calles están vacías, pero se ve algo de gente. Además, está haciendo buen tiempo. Hay concienciación ciudadana, cuando vas al super hay todo tipo de medidas: no vi guantes o mascarillas, pero hay gente vigilando. La gente, parece, se lo toma en serio y hay mucho teletrabajo. Yo vivo en un piso compartido, que es amplio. Pasamos mucho tiempo en casa y los fines de semana no salimos, solo a correr".

Pedro Pablo González (Gijón, 1990), director de proyectos en la startup Jobandtalent, en Ciudad de México (México): "Podemos hacer de todo"

La situación en Ciudad de México es complicada. Llevamos tres semanas de cuarentena voluntaria. La iniciativa privada, sobre todo universidades, colegios y empresas por su propia voluntad, han decidido establecer este tipo de cuarentenas y han obligados a todos sus empleados a estar en casa. Clubs de golf y tenis también todos cerraron. El Gobierno no ha tomado ninguna medida ni establecido cuarentenas, simplemente, desde hace una semana, ha dicho que sería recomendable evitar el contacto y quedarse en casa. Hasta entonces, no había ningún consejo del gobierno. De hecho, decía el presidente que esto no iba a afectar a la población en México, que él disponía de unos amuletos y que la población debía rezar a Dios para salvarse. Una situación dramática. La gente de un nivel socioeconómico medio alto se está quedando en casa, pero también es verdad que sales a la calle y hay mucha gente. La gente de nivel socioeconómico bajo tiene que trabajar, sigue habiendo puestos ambulantes, restaurantes abiertos y sigue habiendo muchos establecimientos abiertos y la actividad en esos sectores no para. Económicamente creo que ha afectado mucho, además de una gran devaluación del peso tanto por la crisis del coronavirus como por la del petróleo. Pero está afectando bastante El gobierno parece que va a tomar más medidas, pero no se sabe cómo se va a reaccionar. Vivo en una casa que está bien, en una zona tranquila. Vivo con dos de mis primos. Yo hora estoy trabajado más que nunca, ahora hay mucho trabajo y eso me ayuda a que se me pasen los días muy rápido. Además, estamos mejorando en la cocina, cocinando muchísimo. Hemos hecho fabada, paella y cachopos. Aquí en México puedes hacer todo, y yo salgo a correr una vez a la semana porque si no uno se cansa mucho. La mayoría de gimnasios han cerrado, pero algunos siguen abiertos. Se puede hacer todo"

Paco Fueyo (Oviedo, 1987), Científico en hospital Monte Sinaí en Nueva York (Estados Unidos): "Nos piden llevar tapada la cara con bufandas y mascarilla"

"La situación en Nueva York es llevadera, no se puede ir a trabajar desde hace tres semanas, a no ser que seas esencial. Se puede salir, ir a la compra e ir a correr. Comparado con otros países las restricciones son menores, posiblemente por el sistema liberal de Estados Unidos. A nivel de comida, supermercados, no falta casi nada. Hay guardias de seguridad en las tiendas y otras cierran un poco antes. Las tiendas de vino y bebidas espirituosas se consideran tiendas básicas. Respecto a la enfermedad, aquí cuesta seguir los datos. Están aumentando los contagios y van má de 400.000. En el hospital donde trabajo nos han dicho que en el próximo mes no vayamos a trabajar. Hubo discrepancias entre el alcalde y el gobernador, y se tomaron medidas más restrictivas. Nos trasladan que debemos tener cuidado y que a partir de ahora hay que llevar algo que tape la cara, como mascarillas o bufanda. Mandan mensajes con informaciones y dan comidas gratis, eso lo gestionan bien".

Carmen María Viñuela (Oviedo, 1975), profesora en Delaware (Estados Unidos): "Las guarderías abren para los hijos de trabajadores esenciales"

"Estamos en estado de emergencia desde el 14 de marzo. Dejan salir a hacer deporte. Yo, por ejemplo, salgo a caminar. Los casos y las muertes van en aumento. La semana pasada tuve que llamar a los padres de mis alumnos, algunos son sanitarios, y decían que estaban a tope. Desde el Gobierno están muy preocupados por la economía, pero también por la población: es Estados Unidos, pero no la jungla. Nos dicen que están trabajando en ello y que hay ciertas medidas, y si no trabajas en servicios esenciales tienes que quedarte en casa. Las guarderías están abiertas para los hijos de trabajadores esenciales y sí que llama la atención la escasez de productos en supermercados. El hospital de la zona hay escasez y pidieron mascarillas, precisamente el colegio donde trabajo el otro día cedió geles. En mi caso, lo llevamos más o menos bien. Vivo con mis hijos en una casa más o menos grande y estamos todo el día utilizando la escalera".

Paloma Piqueiras (Candás), investigadora de la Universidad Complutense, le pilló el coronavirus en Ginebra (Suiza): "En Ginebra nadie estaba preocupado por el virus a finales de febrero"

"De marzo a junio tenía prevista una estancia de investigación en la sede de la ONU en Ginebra, viajé el sábado 29 de febrero y, en ese momento, no me planteé cancelar nada, porque la información que teníamos del virus no hacía pensar, en absoluto, que pudiera llegar esta situación. Lo mismo pasaba en Suiza. Cuando llegué nadie iba con mascarilla. Hasta mitad de la primera semana de marzo no empezó a haber carteles en el edificio de Naciones Unidas recomendando que nos lavásemos bien las manos. Esos días también empezó una campaña informativa en el transporte público: las pantallas de trenes, tranvías y autobuses se llenaron de información sobre el coronavirus y cómo debíamos protegernos, pero no era nada alarmante. La segunda semana de marzo, con las noticias que llegaban de Italia, todo se empezó a agitar un poco más: algunos cantones (lo equivalente a las CCAA) decidieron cerrar los colegios, pero Ginebra sólo ordenó la suspensión de eventos o reuniones de más de 100 personas. En la ONU dejó de haber reuniones, pero no decidieron cerrar la sede hasta el sábado 14 de marzo. Ese mismo día también cerraron universidades y colegios mayores, así que viendo la situación de España y cómo empezaba a agravarse el tema en Suiza, pude volver a Madrid y continuar con mi actividad teletrabajando".

Mónica Patricia Gutiérrez Alonso (Gijón, 1971), bióloga afincada en Irlanda: "Hubo colas en los supermercados al principio, pero ya no hay compras compulsivas"

"En la República de Irlanda hay en torno 8.000 casos positivos por el Cov19 y casi 300 muertos y las medidas de confinamiento seguirán hasta al menos 5 de Mayo. Mi encierro en Dublín, donde vivo desde hace casi siete años junto con mi marido y mis dos hijos (Pablo de 17 años e Iria de 13) es, afortunadamente, llevadero porque estamos en una casa grande con jardín en una zona con muchos espacios verdes, y eso hace que el estar en casa no sea un agobio. Los niños no van al colegio desde el 13 de marzo y siguieron sus clases on line a través de una plataforma que ofrece el colegio; para mi marido, que trabaja en una multinacional farmacéutica el trabajo continúa desde casa. En Irlanda los desplazamientos que puedes hacer, bien sea para la compra, sacar perro, pasear, hacer deporte etc... han de ser a no más de 2 kilómetros desde tu vivienda y se mantiene la distancia de seguridad entre personas de entre 1 y 2 metros; hay colas para entrar en supermercados y si bien los primeros días era un poco caótico porque se arrasaba con todo, ahora ya se va normalizando y ya no hay compras compulsivas. Diría que lo estamos llevando bien, con la mente puesta en la familia y amigos de España y deseando que ésto pase pronto y así poder abrazar a mi madre que afortunadamente está muy bien en España".

Juan Mori Valdés (Gijón, 2004), estudiante afincado en Irlanda: "Se puede salir a pasear o a correr, aunque he tenido que celebrar mi cumpleaños en casa"

Llevo desde el mes de septiembre en Kilkenny, Irlanda, estudiando Transition Year (4º ESO), y aquí me ha pillado esta situación. En Irlanda estamos un par de semanas por detrás que en España: ya hay 6.574 casos (1.336 casos por cada millón de personas) y han fallecido 263 personas. Respecto al confinamiento han sido bastante rápidos y precavidos, ya que aquí se empezó el 28 de marzo, aunque los centros escolares y universitarios ya habían cerrado el 13. El gobierno ha anunciado que el confinamiento de extenderá durante tres semanas más, hasta el 5 de mayo. Ayer (Viernes Santo) fallecieron 28 personas y se registraron 500 nuevos casos. Ahora mismo la policía ha tomado las calles controlando y preguntando a las personas que salen a la calle, solo puedes moverte a 2 km de tu casa, al menos que sean viajes esenciales (ir al supermercado, hospital...). En mi caso estoy viviendo con una familia irlandesa, que me tratan como a uno más. Vivo en una casa bastante grande (si comparamos a lo que sería cualquier piso normal en España) y se puede salir a correr o a pasear pero siempre respetando el límite de 2 kilómetros. Al menos puedo salir a tomar el aire al jardín de la casa, después de hacer los trabajos que nos han puesto en el colegio. Durante esta experiencia, además, cumplí 16 años y me prepararon en casa una merienda y regalos con la familia".

Víctor García Melgar (Sama de Langreo/Gijón, 1960), funcionario de la embajada de Berlín: "La gente sale, está en los jardines, va en bici... pero hay mucho civismo y se sigue a rajatabla la distancia social"

"Vivo en Stuttgart, que es la capital del estado Baden-Württemberg, en el suroeste de Alemania, y aquí la recomendación general es la de quedarse en casa, aunque se puede salir a la calle en grupos máximos de dos personas y si son familias pueden salir completas, también con sus hijos. Aunque se respeta totalmente la distancia social del metro y medio o dos metros, y si te cruzas con alguien por la calle todo el mundo extrema la separación. No están permitidos los desplazamientos entre estados federales y las tiendas de alimentación están abiertas y también los restaurantes, aunque no está permitido comer en grupo sino que la mayoría de su trabajo son comidas para servir a domicilio. En el sector productivo continúan trabajando las empresas esenciales pero la mayoría se han parado. Por ejemplo, las grandes sedes de Porsche y Mercedes están paradas y el sueldo de los trabajadores lo abona en un 60% la oficina de desempleo y el resto la empresa. Desde mediados de marzo los alumnos no tienen clase y aún no hay una decisión de cuándo se retomarán. En Alemania hay diferencias entre regiones y entre el sur y el norte en cuanto a las medidas adoptadas contra la pandemia y en el caso del sur las medidas son algo más duras y fueron progresivamene endureciéndose porque hay más casos declarados. Por ejemplo, en Baviera se tomaron medidas más estrictas porque ahí la alarma empezó a saltar a raíz de las vacaciones de carnaval de finales de febrero, que llevaron a mucho turismo a esa zona. En este país la gente sale, está en los jardines, van en bici, salen a correr, pero hay mucho civismo y la distancia social se sigue a rajatabla".

David Martínez (Avilés, 1972), profesor de español e inglés en Singapur: "Hay una aplicación que te dice si estás cerca de alguien con coronavirus"

"Tenemos dos mil afectados y siete muertos. Cerraron las escuelas, se terminaron las actividades de ocio y las reuniones, pero podemos salir a correr, a la compra, a los restaurantes a coger comida para llevar. No hacen falta mascarillas ni guantes. Así, hasta mayo. De momento. También cerraron las industrias no esenciales: como en España. "lo que dice el Gobierno es lo que se hace, que nadie protesta: ni los ciudadanos, ni el resto de los políticos. Te dan el parte diario, sin cifras falsas, te cuentan las nuevas medidas. Siempre hay un tono positivo, de colaboración, de comunidad y ayuda. Aquí se respira orden y control: hay una app por Bluetooth te dice si estás cerca de alguien con coronavirus. En este país tienen experiencia. Vivieron el SARS y supieron que con orden y control se podía salir de esto. Estoy bien, con la moral más o menos alta. Hablo con la familia y los amigos casi a diario. No me falta nada: la despensa y la bodega llenas, pero no puedo ver a nadie".

Adrián Uría (Mieres), ingeniero destinado en Perth (Australia): "No se puede cambiar de estado sin un permiso especial y luego es obligatorio quedar en cuarentena"

"Llevo tres meses viviendo en Perth, en la costa oeste australiana. Soy ingeniero y trabajo para una empresa asturiana qe tiene una filial aquí en Astustralia. La situación no es tan crítica como en Europa o en EEUU y aún así el Gobierno ya ha tomado la decisión del cierre de restaurantes, tiendas, cines y grandes superficies, por ejemplo. Solo abren algunos restaurantes para dar servicio a domicilio. Otras medidas que se han tomado en el país es el cierre de fronteras; así que no se puede cambiar de estado si no tienes un permiso especial y está muy justificado. Y una vez en el nuevo destino esa persona va a tener que estar entre 10-15 días en cuarentena. Ayer aquí la cifra fue de tres contagios por coronavirus, una cifra muy baja. Parece que la progresión de la enfermedad es lenta y que las medidas tomadas dan sus frutos. En mi caso vivo en un apartamento, solo, en la ciudad, aunque la mayoría de la gente vive en viviendas unifamiliares, y así llevo la situación".

Guillermo Fernández (Oviedo, 1993), ingeniero de minas, trabaja en Houston, Texas (Estados Unidos): "No hay cuarentena impuesta"

"Tenemos un estado de "stay at home, work safely" (trabajar en casa) pero en el casi todos los negocios excepto bares y restaurantes están abiertos e incluso para dar servicios. No hay cuarentena impuesta. Recomiendan el distanciamiento social a dos metros más, pero no hay imposición de ningún tipo".

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