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Crisis del coronavirus

Matar el virus a brochazos: El Entrego trabaja en un compuesto aislante del coronavirus

El Centro de Nanotecnología de El Entrego desarrolla y prueba materiales antimicrobianos que puedan desactivar el CODIV-19 para aplicarlos en paredes, suelos y muebles

Adolfo Fernández y Belén Cabal, ayer en la sede del CINN, en una videoconferencia con responsables del CSIC para hacer el seguimiento del proyecto. JUAN PLAZA

El Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), que tiene su sede central en El Entrego, ya trabaja en el desarrollo de recubrimientos especiales para "matar" al coronavirus. Este tipo de material -que se podría aplicar como una capa de pintura para proteger superficies de paredes, muebles o suelos- ya ha sido probado con éxito frente a bacterias como la Escherichia coli o la MRSA. El objetivo ahora es encontrar el tipo de compuesto adecuado frente al COVID-19. El proyecto se desarrollará en colaboración con virólogos de la Universidad San Pablo CEU y del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, que se ocuparán de probar los novedosos materiales antimicrobianos desarrollados por el CINN.

"El proyecto propone una nueva vía para poder garantizar una disminución de la transmisión de este agente patógeno mediante el desarrollo de superficies cerámicas, metálicas y poliméricas capaces de reducir el tiempo de supervivencia del virus SARS-CoV-2 sobre las mismas o para inactivarlo. Se emplearán materiales antimicrobianos inorgánicos ya desarrollados por el CINN -como vidrios con alto contenido en óxido de calcio o en óxido de zinc, nanopartículas soportadas de plata o de cobre- cuya eficacia frente a otro tipo de patógenos ha sido ampliamente contrastada", indicaron desde el centro investigador.

La iniciativa está liderada por los científicos del CINN Adolfo Fernández y Belén Cabal, y cuenta con la financiación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Ya tenemos materiales que han demostrado ser eficaces ante bacterias multirresistentes. La solución que planteamos para el coronavirus es similar. Lo que queremos hacer es probar tanto los materiales que ya tenemos como rediseñar otros para hacer superficies que sean desinfectantes pasivos", explica Adolfo Fernández, que además de ser uno de los investigadores implicados en el proyecto es actualmente el director del CINN: "El objetivo es que el virus no viva sobre estas superficies, lo que reduciría mucho todo lo que es la transmisión".

Los compuestos desarrollados previamente por el CINN son capaces de eliminar, entre otras, la Escherichia coli (una bacteria intestinal) o la MRSA (siglas en inglés del Estafilococo aureus, resistente a la meticilina, una bacteria que ha desarrollado una resistencia a la mayoría de los antibióticos que comúnmente se usan para combatir las infecciones por estafilococos). El producto en estos casos se puede obtener tanto en polvo como en vía líquida para poder afrontar problemas con microbios. El material funciona por contacto y puede utilizarse en pinturas o suelos que llevan ese polvo.

"Esas pruebas" -argumentó Fernández- "ya estaban hechas en el laboratorio y la idea era llevarlas a un entorno real, en forma de pinturas y recubrimientos para ver cómo funcionaban en servicio. Ahora arrancamos desde más atrás porque tenemos que localizar el material que sea activo frente al coronavirus. Hemos empezado a probar los que tenemos, pero el proyecto contempla adaptar nuevos materiales para que sean activos frente al COVID-19". Se trataría de aplicar recubrimientos sobre elementos cerámicos, metal o polímeros. En definitiva, según Fernández, "ponerle barreras de supervivencia al virus porque el tiempo de vida anormalmente alto que ha mostrado es uno de los principales problemas". La idea inicial es que puedan usarse en entornos hospitalarios y residencias, "aunque las soluciones no son de alto coste por lo que, en un momento dado, se puede plantear aplicarlas a lugares de uso cotidiano mediante una película protectora exterior, tipo pinturas o por otros recubrimientos".

Los ensayos se llevarán a cabo en colaboración con el virólogo Estanislao Nistal Villán, de la Universidad San Pablo CEU, y con Adolfo García Sastre, del Departamento de Microbiología del Hospital Monte Sinaí. "Ellos harán las validaciones, que nos irán orientando sobre los materiales que tienen una actividad más prometedora", concluyó Fernández.

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