La Consejería de Salud ya trabaja en el plan de desconfinamiento que se aplicará en Asturias, con especial consideración a la atención sanitaria que requerirá ese período de transición. Durante mucho tiempo, el sistema de salud de la región deberá estar preparado para atender tanto a pacientes que estén contagiados de coronavirus como a los que no lo estén pero tengan otro tipo de patologías. "No se esperará al escenario de cero transmisiones para empezar el desconfinamiento", aseguró ayer el director general de Salud Pública en una comparecencia, por vía telemática, ante los grupos del Parlamento asturiano y, en concreto, a una pregunta formulada por la portavoz de Ciudadanos, Laura Pérez Macho, sobre las medidas que baraja el Principado acerca de esa vuelta a la normalidad.

El consejero de Salud, Pablo Fernández, afirmó que las medidas del desconfinamiento "no podrán ser adoptadas unilateralmente por ningún territorio", sino que deberán ser decididas por el Gobierno central, tras las aportaciones que ha pedido al conjunto de las comunidades autónomas. Asturias llevará las propuestas en las que trabaja ahora, y donde tiene una gran importancia la continuidad del sistema sanitario.

Rafael Cofiño fue el encargado de adelantar algunos detalles del nuevo escenario, donde crecerá el rol de la atención primaria. "Será necesaria una retransformación de la atención primaria, que se va a encargar del seguimiento de los casos posibles", afirmó Cofiño. Esta situación obligará a introducir cambios en el funcionamiento de los centros de salud, que deberán estar preparados para garantizar la atención, en condiciones de seguridad, a todos los pacientes y también al personal. Habrá "agendas espaciadas" para evitar la coincidencia de muchos pacientes, cuya concentración podría dificultar el mantenimiento de la distancia de seguridad, y también será preciso habilitar medidas para minimizar el riesgo de contagio a la población más vulnerable. "Habrá que convivir en los centros con el COVID-19", resumieron los responsables de la Consejería de Salud, que insistieron en la dificultad de elaborar "una guía o manual" en medio de las incertidumbres generadas por el coronavirus, que todavía no han obtenido respuesta.

Laura Pérez Macho (Cs) preguntó sobre la posible aplicación en Asturias de medidas que ya se barajan en la comunidad vecina de Castilla y León, tales como la segmentación por territorios y grupos de población en esa vuelta a la normalidad o el uso de móviles para testar el grado de inmunidad en el conjunto de la sociedad, mediante aplicaciones. "Hay que actuar con suma prudencia", valoró el consejero de Salud sobre la vuelta gradual y por fases a una normalidad que, según todos los indicios, va a ser muy distinta, a la vida cotidiana anterior a la pandemia.

Las salidas de grupos

Pablo Fernández dejó entrever que Asturias apoyará iniciativas de las que se lleva hablando en las últimas semanas, relacionadas a las salidas de algunos grupos de población "por el efecto que un confinamiento prolongado tiene en la salud de las personas". El consejero de Salud se mostró receptivo a que "niños, mayores y enfermos crónicos puedan tener una vida más saludable: los paseos son positivos para la salud física y mental". Pero tampoco quiso dar nada por hecho. "Son medidas que se están estudiando y que se adoptarán de forma gradual en la desescalada, que debe ser muy planificada", indicó Pablo Fernández, después de que la diputada Sara Álvarez Rouco, de Vox, también se interesa por los planes de la Consejería de Salud para cuando llegue el momento de la desescalada o desconfinamiento.

El PP se interesó por la vertiente de la desescalada que afecta a los mayores de las residencias y volvió a poner bajo su punto de mira el hospital de campaña habilitado en el recinto de la Feria Internacional de Muestras de Gijón (FIDMA). La diputada Beatriz Polledo reiteró las críticas que ya había realizado el pasado lunes su portavoz, Teresa Mallada, a que dichas instalaciones vayan a ser el lugar donde se atienda a mayores que dan positivos en residencias. "No entendemos la derivación a centros no hospitalarios. ¿Qué papel va a tener el FIDMA? No entendemos que se acabe derivando a mayores a este tipo de centro", planteó Beatriz Polledo, quien afirmó que "se están produciendo fallecimientos en centros no hospitalarios".

El Consejero respondió a la diputada popular que el complejo habilitado en el recinto de la Feria de Muestras de Gijón atenderá "a personas de residencias de mayores que den positivo pero no tengan necesidad de hospitalización", las que encuentren en una situación clínica de nivel 3. "Los que estén en nivel 4 irán al Hospital Monte Naranco o a otros centros especializados en atención geriátrica; los de nivel 5 o agudos serán atendidos en Cabueñes o el HUCA para problemas respiratorios importantes mientras, que el nivel 6 se reserva para los que precisen atención en la UCI", detalló el consejero de Salud.

Pablo Fernández defendió el buen resultado que ha dado hasta ahora en Asturias contar con recursos fuera del circuito hospitalario convencional, como es el caso de las camas habilitadas en el Centro de Referencia Estatal para personas con discapacidades neurológicas de Langreo (Credine), adonde se derivó en las últimas semanas a personas que habían dado positivo en residencias de mayores que, en ese momento, no tenían posibilidad de ofrecer las condiciones de aislamiento que precisan los pacientes por coronavirus. "Tener este tipo de recursos nos permite la anticipación a un brote y nos ofrece la capacidad de dar una respuesta rápida", argumentó el titular de la cartera de Salud a los reparos formulados por la diputada del PP.