Fueron (fuimos, fuisteis) muchos los que derramaron una lágrima virtual cuando HBO canceló la serie Roma. Que si era muy costosa y tal. Quizás hoy se lo pensarían tres veces. En cualquier caso, el legado que dejó esta serie majestuosa antes de su caída vale cien veces más que la mayoría de producciones que se estrenaban y se estrenan cada semana. Y ahí sigue para quien quiera comprobarlo. Roma es un prodigio de realización espectacular y sutil, violenta y lírica, inteligente y emocionante, un ejemplo de cómo abordar la historia con amenidad y lucidez. En una palabra: imperial.
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