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Crece el interés de los asturianos por irse a vivir al campo cuando acabe el confinamiento

Las inmobiliarias vienen notando desde hace unas semanas cómo sube el número de consultas de posibles compradores para la zona rural

Escaparate de una agencia inmobiliaria. MIKI LÓPEZ

Pasar el confinamiento en pisos, algunos de pequeño tamaño, está comenzando a pasar factura a muchos asturianos que han empezado a buscar residencias más amplias, con buenas vistas y, a poder ser, con algo de terreno alrededor para poder estirar las piernas al aire libre. No vaya a ser que lo de volver a tener que encerrarse se repita. Muchas de esas consultas están llegando ya a las inmobiliarias asturianas, que desde hace unas semanas están comprobando un interés creciente de asturianos que quieren irse a vivir al campo. De vuelta a la zona rural. "Sí que está creciendo el interés, sobre todo en zonas que sean luminosas y con verde", señala el coordinador de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias (Asocias), César Nozal. Y de todo eso el Principado tiene en abundancia.

También ese incremento de las consultas de casas en la zona rural ha llegado hasta los asociados del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapi) de Asturias. Su presidente, Antonio Vega, no obstante, duda de que todo esto pase de ahí. De un mero interés debido a las circunstancias excepcionales que está sufriendo la ciudadanía. "Consultas hay, pero ya veremos si eso acaba convirtiéndose en operaciones más adelante", señala Vega.

Que hay un interés creciente lo demuestran también algunos testimonios de vecinos de la zona rural asturiana: hasta ahora venían viendo cómo el vecindario se reducía en número, pero que a partir de ahora puede darse el efecto contrario. Por ejemplo, un vecino de la localidad de Soto del Barco que tiene una propiedad en esa localidad cercana a los 3.000 metros cuadrados fruto de una herencia familiar decidió hace unos meses dividir el terreno en dos. Quería deshacerse de la mitad y vender esa parte de las tierras para que alguien pudiera edificar sobre ellas. Puso el anuncio en prensa y en algún portal online de venta de pisos allá por enero y durante los primeros meses el reclamo paso totalmente desapercibido. Solo recibió una llamada, comenta. Pero desde que estalló el estado de alarma fruto de esta crisis sanitaria global y comenzó el confinamiento de la población el interés creció de forma considerable. "En los últimos quince días van tres llamadas de gente de la comarca y también de una inmobiliaria que está interesada en gestionar el anuncio", apunta.

No es el único caso ni mucho menos. Otra vecina de Cudillero asegura que lleva varias semanas -más o menos desde que comenzó el confinamiento de la población- recibiendo llamadas de conocidos para interesarse por si en la zona hay prados adecentados y casas que en alquiler. Al menos, para poder pasar el verano al aire libre.

César Nozal asegura que el interés de los asturianos está en orientándose hacia encontrar viviendas en la zona rural a precios que sean razonables. Y está convencido de que su sector -el inmobiliario- está a las puertas de todo un cambio de modelo. Primero, porque como ya se está comprobando los gustos de los consumidores están mudando. Hay más interés en el campo, como se está viendo. "Habrá un antes y un después de todo esto. A la gente eso de salir a tomar una cervecita con la mascarilla puesta no le convence", señala. Se llevará más, está convencido, lo de invitar a los amigos a la casa -mejor si es en el campo porque hay más sitio- y tomar el refrigerio y charlar en el jardín. A la intemperie.

Esta asociación asturiana de inmobiliarias (Asocias) tiene previsto celebrar en un par de semanas -el día 8 de mayo- un congreso virtual con varios invitados, en el que precisamente uno de los temas que se van a tratar es este: cómo los consumidores van a ir cambiando sus gustos y tirando más por la zona rural, que hasta ahora era solo un porcentaje más pequeño del negocio.

Pero no solo eso, Nozal asegura que también cambiará la forma de vender. Cuando el confinamiento se levante todo será diferente. Habrá que vender las casas a distancia. A través de visitas virtuales. Todo mucho más digital. Y, ahora al principio, cuando se reabra la actividad de estos negocios reconoce que habrá que tomar unas precauciones extremas a la hora de visitar una vivienda. Como, además de llevar una mascarilla o guantes, se deberá de vestir un protector para los zapatos y desinfectar de forma constante los pisos y las viviendas que estén a la venta para evitar problemas con el COVID-19. Serán las nuevas formas de vender que traerá el coronavirus.

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