El desempleo sigue escalando este mes en Asturias a velocidades de vértigo incluso a pesar de las políticas extraordinarias desplegadas para contener la destrucción de trabajo y en particular el uso intensísimo de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). El Principado ha revelado que en lo que va de abril Asturias lleva sumados 5.606 parados más, lo que en términos relativos supone un aumento (7,2% en tres semanas) de proporciones inéditas desde 2009, cuando arreciaban los episodios más destructivos de la Gran Recesión.
El paro en abril. Conforme a los datos que expuso el consejero de Industria, Enrique Fernández, durante una comparecencia parlamentaria, el paro está aumentado este abril sobre todo en la construcción y en la industria, sectores que, al permanecer siguiera parcialmente activos durante el estado de alarma, tienen menos opciones que otros para acogerse a las modalidades de ERTE activadas para contener los daños laborales del COVID-19 (expedientes por fuerza mayor y procedimiento exprés para las regulaciones amparadas en razones económicas, de producción u organizativas y que suponen reducción de jornada y salarios de los trabajadores).
El análisis que hace el Ejecutivo asturiano es el siguiente: "Ante la imposibilidad de acogerse a ERTE, debido a que a menudo no tienen posibilidad porque siguen trabajando, la construcción y la industria han optado por hacer frente a la caída de la demanda o a la falta de suministros planteando situaciones de regulación de empleo y despidos", señaló Enrique Fernández. De ser así estaría ocurriendo a pesar de que, al menos sobre el papel, el Gobierno prohibió por decreto a finales de marzo los despidos por causas objetivas fundamentadas en los impactos de la pandemia en la actividad económica. La incidencia en los sectores citados explicaría también que el explosivo aumento del paro en abril esté altamente concentrado en los varones, detalló el consejero Fernández.
El empleo en marzo. La construcción ya fue, junto a la hostelería, una de las actividades que perdió más empleo en las primeras semanas del estado de alarma. La Seguridad Social ha publicado datos según los cuales entre el último día de febrero y el último de marzo se destruyó casi el 11% de los puestos de trabajo asalariado en la hostelería y en la construcción (ver gráfico superior). El comercio y la industria manufacturera también registraron descensos significativos en el número de cotizantes.
Los ERTE. El impacto descrito de la crisis del coronavirus en el mercado laboral asturiano, sólo comparable al registrado en los peores momentos de la Gran Recesión, se está produciendo aunque miles de empresas han evitado los despidos acogiéndose a los ERTE, principalmente en su modalidad de fuerza mayor. El Principado informó de que había recibido hasta el miércoles 11.507 solicitudes de expedientes de regulación, de los que 9.797 (85%) han sido ya tramitados y afectan a 39.421 trabajadores. Considerando los que están pendientes de tramitación, cabe concluir que habrá más de 40.000 asturianos transitoriamente al paro, con su empleo suspendido o con jornada reducida. Supone una cifra equivalente casi uno de cada cinco trabajadores del sector privado.
El diagnóstico. El Gobierno asturiano considera, en línea con lo que han pronosticado algunos observatorios (Ceprede, Fedea...), que la recesión económica inducida por el coronavirus y por la estrategia epidemiológica para combatirlo tendrá en Asturias un impacto menos severo que en otros territorios. En su intervención parlamentaria de ayer, Enrique Fernández fundamentó esa creencia en tres factores: la menor dependencia relativa del turismo respecto a otras regiones; el buen tono productivo de sectores industriales que fabrican bienes esenciales (alimentario y papelero) y la actividad que otras industrias básicas han logrado conservar en estas semanas.
La concertación. Principado, patronal FADE y sindicatos se reunirán hoy para reorientar la concertación social y perfilar una estrategia de recuperación. En sus conversaciones con el Gobierno central, el Ejecutivo de Adrián Barbón ha hecho por ahora tres planteamientos genéricos: la necesidad de que las políticas de reconstrucción primen a los sectores más castigados por la crisis; un llamamiento a remover los obstáculos burocráticos para que las decisiones de auxilio y estímulo económico sean lo más eficaces posible y acelerar las inversiones que ya estaban pendientes desde antes de la crisis, en particular las relacionadas con la transición energética y con la compensación a las regiones que, como Asturias, pierden además empleo con la descarbonización.
