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Catedrático de Matemática Aplicada, creador de un modelo predictivo de la pandemia que ha anticipado con acierto su evolución

Juan Luis Fernández: "La enfermedad estará controlada en Asturias y en España en diez días"

"Esta crisis evidenció que los políticos están perdidos si no es por la ciencia; es la investigación la que nos va a sacar de esta"

Juan Luis Fernández. LUISMA MURIAS

El catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Oviedo Juan Luis Fernández Martínez empezó a estudiar la evolución del coronavirus en Asturias casi "por casualidad". Su modelo, "muy sencillo pero robusto", funcionó y ahora es capaz de predecir lo que va a pasar en el mundo entero. Le llegan peticiones de datos desde EE UU, Pakistán, Georgia, Panamá... "Hay días que terminas chiflado. Empiezo a las ocho de la mañana y sobre las siete paro. A las nueve de la noche hago la predicción de Asturias y a veces me lío hasta la una de la madrugada. Hay ya un mercadeo de curvas. 'Oye, pásame la de Francia', me piden los amigos. Recibo emails de toda Europa", comenta Fernández, que no está solo en el proyecto. Le acompañan la también matemática Zulima Fernández-Muñiz, el informático Óscar González y el estudiante de Telecomunicaciones José María Loché.

-¿Cómo surgió la idea de crear un modelo predictivo del coronavirus?

-Nunca trabajamos en problemas de pandemia. En su día, cuando di clase en la Escuela de Ingenieros Forestales, tuve que mostrar a los alumnos los modelos que explican cómo evolucionan las poblaciones con el tiempo. Los conocía y en un reciente curso de doctorado en Zaragoza, como ya estábamos con el tema del coronavirus, desarrollamos el modelo actual, que es muy sencillito, porque solo depende de tres parámetros. Cuando volví a Asturias, a los pocos días decretaron el estado de alarma y me dije: "Vamos a ver cómo funciona este modelo con los datos de Asturias". Así que fue una casualidad. No somos brujos ni adivinos, predecimos lo que va a ocurrir utilizando técnicas como las de optimización, de ingeniería inversa y de análisis de incertidumbre.

-Según su modelo, ¿en qué situación estará Asturias el 9 de mayo, cuando se prevé que se levante el estado de alarma?

-La pandemia, a nivel regional, está controlada. Y además los nuevos infectados vienen de trabajadores sanitarios o de residencias. Es decir, no es un tema de transmisión entre las personas a nivel social. Y si hubiera un repunte, el modelo también lo detectaría.

-¿Habrá una segunda ola en la región?

-No, hubo un segundo pico porque se aumentaron los test. En poco tiempo no habrá ningún infectado o habrá un número de infectados marginal en la región. El repunte se producirá cuando tengamos cinco infectados al día y otra vez subamos a quince o veinte, que es lo que sucedió en Japón.

-¿Qué opina del asesoramiento que está recibiendo el presidente del Gobierno?

-No sé quién le está asesorando, pero creo que es bastante deficiente. Además, opino que en una emergencia nacional habría que poner la investigación y la innovación a trabajar mucho más de lo que está haciendo. Por ejemplo, en temas de predicción, nuestro modelo es muy robusto en la toma de decisiones y, sin embargo, nadie se ha puesto en contacto con nosotros. ¡No por nada! Sino por ayudar... En España hay expertos en todos los terrenos y realmente no se está echando mano de esa gente, y eso es un error. Yo no entiendo que todavía hoy no se sepa cuántos asintomáticos hay en España. Porque no hay que muestrear a toda la población... ¿Por qué no se hace? ¿Por qué no se hace investigación enfocada no a detectar el virus, sino a entender cuál es la población que va a reaccionar de forma severa al virus? Hay toda una serie de cuestiones que tenemos que analizar científicamente. Porque la respuesta no es política. Esta crisis lo que evidenció es que los políticos están perdidos si no es por la ciencia. Es la investigación la que nos va a sacar de esto.

-Le pido otra predicción: ¿podremos recuperar más o menos la vida en verano?

-A nivel de España, si seguimos la tendencia actual, en 10 o 15 días no habrá más casos. El tema es que haya rebrotes. Por otro lado, nosotros investigamos con un alumno, José María Loché, la dependencia de la infección de la temperatura, la humedad y la altitud. Hicimos un seguimiento y vimos que hay una correlación: a mayor altitud y menor temperatura, mayor infección. Precisamente donde hubo más contagiados en España fue en zonas muy frías y altas. Sin embargo, la humedad juega a favor. Me decía hace días un amigo: "En Panamá hay muy pocos casos". Eso es porque tiene un clima caliente y la humedad es elevada.

-Mirando al exterior, ¿cómo se está comportando el virus? Por ejemplo, en el Reino Unido...

-Lo del Reino Unido es terrible. Creemos que ya han pasado el pico, están en un pico-meseta, pero les va a costar salir todavía. Están mucho más retrasados que España. ¿El resto de países europeos? Pues parece que van bastante bien. Francia, por ejemplo, bajó bastante. Su curva es igual que una torre Eiffel, es curioso, y también van retrasados con respecto a nosotros. Italia empieza a controlar el virus. Y Estados Unidos parece que ha pasado el pico, pero todavía les queda terreno para controlar la pandemia. Según nuestro modelo, en diez días se estabilizará y el número de muertos estará entre 42.000 y 65.000. Cada país tiene su propio sistema sociopolítico y es difícil sacar una imagen homogénea de la pandemia en todo el mundo. Yo predigo la cifra más probable y la realidad está por encima de ella. Es decir, es una curva más del modelo. Si se sitúa por abajo quiere decir que lo estás haciendo mejor de lo esperado, y si estás por encima, que lo estás haciendo peor. En Asturias, por ejemplo, ¿cuántos muertos hay? Más de 200. Si miramos las curvas, el modelo predice que si estuviésemos muy bajos estaríamos en 100. Y si estuviésemos en lo esperado, en 160. Sin embargo, con más de 200, estamos en percentiles muy altos con respecto a lo esperado. Por lo tanto no lo estamos haciendo tan bien como podría parecer.

-También están trabajando en la reposición de fármacos.

-Sí, lo vamos a hacer en función de datos bibliográficos, de los medicamentos que están utilizando. Algunos de ellos se emplean para el lupus o para la artritis reumatoide... No tratan la infección, sino que intentan modular la respuesta inmune. Y eso se combina con otros medicamentos que son antibióticos. Vamos a recopilar todas esas ideas, para estudiar sobre qué genes actúan y luego buscar la síntesis. Hay un nuevo medicamento, que salió esta semana, ivermectina se llama, que se encontró que funcionaba en contra del VIH, la gripe y el zika. ¿Qué estamos diciendo con ello? Que ante un problema de esta talla en todos los ámbitos hay que ser dinámico, flexible y muy rápido. Y yo creo que no lo hemos sido.

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