La cadena de ropa Primark es, debido en buena medida a sus precios, una de las que más triunfa del mundo. Es por eso que todo lo que tiene que ver con la marca genera mucho interés. Hace unas semanas un empleado de esta firma revelaba uno de los secretos mejor guardados de la firma internacional: lo que significaba el “código” al que muchas veces se aludía por megafonía. Pero en el funcionamiento de este tipo de grandes cadenas comerciales hay otros muchos “secretos” o más bien maneras de funcionar.

En este sentido otro exempleado en este caso inglés desveló la semana pasada que en todos los almacenes de la cadena tienen lo que ellos llaman el “book of faces” o, en castellano, el libro con las caras. Se trataría de un volumen en el que estarían recogidas fotos de todas las personas que habrían intentado (o habrían conseguido) robar dentro de los comercios y a los que en principio no se les quiere permitir que vuelvan de nuevo a entrar en alguna de las tiendas que Primark tiene repartidas por todo el mundo. En este caso esa base de datos sería sólo para los centros del Reino Unido por lo que el exempleado no especificó si este mismo método se sigue en otras tiendas del grupo.

Lo que más llama la atención es que un negocio como Primark no venda a través de internet. De hecho la compañía ya había alertado en varias ocasiones de que todo lo que sale a la venta en diferentes páginas web no tiene nada que ver con ellos. Es decir, son prendas que terceras personas ponen a la venta en diferentes canales y que no tienen ni la calidad ni los precios que respalda la marca.

Pero ¿cuál es la razón entonces que lleva a esta compañía a no estar presente en la red? Pues según sus responsables todo se debe a (como casi siempre) un tema económico. En este caso los precios están tan ajustados que no se puede en muchas ocasiones afrontar los gastos de envío. En este sentido prefieren que sean los clientes los que van a las tiendas.