Llegados a un punto, los pequeños de Panes se detuvieron. "Se juntaron siete críos en el mismo paseo y, sorprendentemente, todos mantuvieron las distancias", cuentan los padres que presenciaron el encuentro en la capital de Peñamellera Baja.
En el oriente de Asturias, la primera jornada en la que se permitieron paseos de los menores de 14 años destacó por la responsabilidad de los pequeños, lo conscientes que fueron del problema y sus obligaciones, evitando jugar entre ellos y que se propagara el virus.
Pero es que ellos son, además, afortunados. Y en el Oriente, en un entorno predominantemente rural, la salida a la calle de los críos fue de lo más natural. Alejados de grandes núcleos, en los pueblos pueden disfrutar de la naturaleza, con moderación, durante el periodo de confinamiento en sus casas con patio, fincas y huertas. Ahora, ya con más margen, aprovechan para salir al río o a las proximidades de las playas, ya que a ellos no les quedan lejos.
Vera Vega, de 4 años, disfrutó de un agradable paseo en bicicleta por la senda y corrió, "más de lo habitual", por la zona del río Cares. Ella "no tenía una necesidad imperiosa de salir", al disponer de una terraza en su domicilio.
Sin embargo otros, como el llanisco Manuel Melijosa, sí que tenían más ganas, al llevar metidos en una casa más de 40 días. Él se acercó a la playa de Toró esperando ver a sus amigos, pero "no pudo ser".
En el centro de Asturias, villas como Pola de Siero, Candás y Villaviciosa volvieron a tener en sus calles las risas y el jolgorio de los críos. Muchos madrugaron y otros dejaron la escapada para la tarde. El problema: que llovió. Así que el disfrute no dio mucho de sí. Pero no hay problema: hoy se puede repetir.
