Asturias ha recibido de parte del Ministerio de Sanidad "prácticamente" todo el material necesario -test rápidos, reactivos y etiquetas- para iniciar el estudio de seroprevalencia "ENE-COVID", que tiene por objeto conocer el alcance de la epidemia mundial en España. La apreciación de que llegó casi pero no todo el material la hizo ayer Ignacio Donate, director del estudio en la región, después de que el Sindicato Médico denunciara que los kits de trabajo han llegado incompletos: faltan los tubos en los que se deben guardar las muestras para ser remitidas al Instituto. Pero no es el único escollo: los profesionales asturianos de atención primaria, ya preparados, estaban todavía ayer pendientes de tener acceso a la plataforma del Ministerio para telefonear a los 2.400 asturianos seleccionados aleatoriamente por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La previsión con la que trabajan los profesionales es tener los listados de los 960 hogares elegidos entre y hoy mañana: "Si todo sale según lo previsto, arrancaremos el jueves", subrayaron. Para entonces confían en tener habilitados también los ordenadores de trabajo y acceso a la citada web ministerial, en la que deberán registrar los datos que extraigan.

Ignacio Donate se centró ayer en la seguridad del trabajo epidemiológico, ya diseñado y con los profesionales dispuestos. "Se han chequeado todos los circuitos para poder iniciar un pilotaje del estudio lo antes posible y poder extenderlo al resto de áreas sanitarias con total garantía", dijo, y agregó tras una reunión virtual con responsables del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa): "Los procesos se han revisado concienzudamente para garantizar la seguridad y conservación de las muestras".

El director de "ENE-COVID" en Asturias avanzó, a su vez, que se ha nombrado a un coordinador en cada una de las áreas para implementar el estudio que permitirá conocer cuáles son los patrones de transmisión que tiene el coronavirus. Y con esto dio por iniciado un estudio que a partir del próximo jueves, de cumplirse el mejor de los pronósticos, se traducirá en llamadas telefónicas a 960 hogares en los que viven 2.400 personas de todas las edades, desde lactantes a ancianos.

El estudio epidemiológico se desarrollará a nivel nacional, liderado por el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III, y se extenderá durante las próximas ocho semanas, aunque, previsiblemente, dentro de quince días se conocerán algunos resultados preliminares. En total, en toda España se recabará información sobre 90.000 participantes que durante el confinamiento permanecen en sus casas.

Una vez seleccionados por el INE a los candidatos, estos recibirán una llamada telefónica de invitación a colaborar. "Es importante que la gente participe cuando reciba la llamada en su domicilio. Así, podrán conocer la situación de su estado de salud y colaborarán para combatir la enfermedad", animó días atrás el director del proyecto en Asturias, Ignacio Donate. Ayer desde atención primaria hicieron lo propio.

Las personas que reciban la llamada en sus hogares y accedan a participar en el estudio tendrán que rellenar con carácter obligatorio una encuesta sobre las características sociológicas de su hogar: cuántas personas viven en la casa, qué edades tienen, si sufren enfermedades crónicas y si en las semanas precedentes se han realizado pruebas diagnósticas de coronavirus, entre otra información.

Además, también de modo ineludible, los participantes se someterán a un test rápido de detección del coronavirus. Ante un posible falso negativo se ofrecerá un tercer paso, esta vez voluntario, a las personas colaboradoras en la investigación: se trata de una medición de anticuerpos en sangre, que correrá a cargo del Instituto Nacional de Microbiología. Esta prueba aporta certeza y además aclara el tiempo transcurrido desde el contacto con la enfermedad y el grado de defensas del organismo ante el coronavirus.

Este proceso de toma de muestras se repetirá tres veces, con un espacio dos semanas entre sí, con el fin de evaluar los cambios de la prevalencia en la evolución de la epidemia. Tanto los cuestionarios epidemiológicos como los resultados de los test rápidos se registrarán en una aplicación diseñada para este fin y facilitada por el Ministerio de Sanidad a las comunidades autónomas.

Pruebas a enfermos leves

Los profesionales de los centros de salud, por otra parte, han comenzado a realizar test a las personas con síntomas leves supuestamente por COVID-19 -en principio, personas aisladas en sus domicilios- y a los contactos estrechos de aquellas que han dado positivo en las prueba de diagnóstico. "No se trata de hacer pruebas al tuntún porque no tendría ningún sentido", explicó un médico de atención primaria. Aun así, abundan las quejas por la falta de estos test para enfermos que, aunque leves, llevan una quincena asilados con sospecha de estar infectados por el nuevo coronavirus.