El barco pesquero "Carla", de bandera francesa y armador de Cudillero, continúa inmovilizado por cautela sanitaria en el puerto de Burela (Lugo). La embarcación volvió al puerto lucense, de donde había partido el pasado 13 de abril, al sospecharse que entre sus 16 tripulantes -entre los que hay dos asturianos- había un caso positivo de coronavirus. El armador lamentó ayer el protocolo seguido desde entonces. La tripulación no tiene síntomas de la enfermedad COVID-19 "y nos encontramos bien todos". Ayer, las autoridades gallegas realizaron una prueba, la segunda desde su llegada a puerto, a cada marinero para conocer si son o no portadores del coronavirus, "pero no esperamos tener noticias hasta mañana (por hoy)".
El armador asegura que el enfado de la tripulación es cada vez mayor. Todos han permanecido en el barco los últimos 16 días, sin posibilidad de bajar a tierra al tener que cumplir estricta cuarentena. El propietario del barco, que optó de forma voluntaria por volver a puerto ante la sospecha de un contagio, se queja además de las pérdidas que genera a la empresa esta situación, habida cuenta de que todos los marineros presentan buen estado de salud.
