El confinamiento domiciliario puede ser una oportunidad para iniciarse en el cultivo de alimentos, independientemente de la casa en la que viva cada cual; solo es cuestión de proponérselo. Es lo que opina Toni Jardón Sánchez, un reputado "youtuber" hortícola asturiano que lleva más de siete años dando útiles consejos sobre siembra, abonado, riego y cuidado de plantas utilizando Internet como plataforma. Jardón tiene una legión de seguidores, más un millón de suscriptores en su canal de YouTube y un flujo medio de dos millones de visitantes mensuales que en estas últimas semanas se ha multiplicado casi por cuatro. Desde ese caudal de experiencia, Toni Jardón comparte con los lectores de este diario sus consejos para montar pequeños cultivos en estos días de encierro casero.
Lo primero que comenta este experto es la necesidad de pensar en qué zona de la casa se pondrán los cultivos; afortunado será quien tenga una terraza, pero también sirve un balcón o el alféizar de una ventana. "Casi más importante que el tamaño del espacio es su orientación al sol; es preferible una zona encarada al sur o al este, aunque se puede intentar en cualquier otra situación, si bien la menor exposición solar podría redundar en u menor desarrollo de las plantas y eso frustrar al cultivador", explica.
Como recipientes para el sustrato donde crecerán las plantas, Jardón da alternativas como los tetrabriks (con uno de sus lados convenientemente recortado), las bandejas de porexpan donde suelen venir envasadas ciertas carnes y frutas o, en general, cualquier envase doméstico susceptible de contener tierra y que se pueda agujerear en su base, aspecto importante este último del drenaje para evitar el encharcamiento de los cultivos. "El sustrato puede adquirirse por internet (los hay que se venden con humus de lombriz incorporado y dan excelentes resultados) o conseguirlo en forma de tierra en alguna salida a la calle. Personalmente aconsejo la primera opción", detalla el bloguero.
Resueltos los temas del espacio, los envases y el sustrato, el siguiente paso es elegir qué plantas cultivar. Toni Jardón aconseja iniciarse con dos especies infalibles: lechugas y rabanitos: "Hay que ser muy torpe para no conseguir que estas plantas se desarrollen en casi cualquier circunstancia y, además, tienen la ventaja de que son prácticamente inmunes a enfermedades". La opción de cultivo pasa por elegir sembrar o plantar; en el caso de optar por semillas (que se pueden adquirir por internet) "se disfruta del proceso completo de desarrollo de la planta" y si se elige trabajar con plántulas (igualmente accesibles por internet contactando con viveros) "los tiempos se abrevian y la cosecha se obtiene más pronto, además de reducir el riesgo de fallo de la germinación".
Según Jardón, "estamos en unas fechas que son el momento álgido de la plantación de la huerta; quien quiera probar con especies más exigentes que las lechugas puede experimentar con pimientos, tomates, berenjenas, pepinos (hará falta una pared cercana para poner guías a las que se agarre la planta), fresas, espinacas o acelgas..."
El bloguero advierte de los dos errores que suelen condenar al fracaso a los minihuertos urbanos: el exceso -o la falta- de riego y el abandono, entendido el segundo como la desatención por aburrimiento o desidia: "Si se hacen riegos frecuentes en las debidas cantidades -hay que mantener húmedo el sustrato, pero sin encharcarlo- y se presta un mínimo de atención a las plantas , el éxito está garantizado, todo el mundo puede hacerlo". Un éxito que es tangible en forma de alimentos cultivados por uno mismo y cuyo sabor no tiene parangón con los comprados en la tienda.
Jardón es de la opinión de que atender un pequeño huerto domiciliario "ayuda a hacer más llevadero el confinamiento" y en el caso de que haya niños en la casa "hay que involucrarlos en la tarea, porque el cultivo de plantas es muy educativo desde el punto de vista alimentario y fomenta virtudes como la paciencia". El bloguero, siguiendo con los niños, sugiere para estos días entretenimientos relacionados con la tierra: probar a germinar todo tipo de semillas o pepitas de fruta que se encuentren por casa o fabricar un "señor Potato" al que, al cabo de un tiempo, habrá que "cortarle el pelo": "Se coge una botella de plástico y se corta por la mitad, se llena de sustrato, se esparcen semillas de algún cereal o pasto, incluso lentejas, y al cabo de un tiempo brotará un minicampo verde que podremos 'segar'".
