Por ello, quiso romper una lanza en favor de esas "mentes brillantes que malviven con becas de 1.400 euros mensuales pese a contar con dos doctorados". Fueyo puso sobre la mesa una observación clarificadora sobre la consideración social de la actividad científica: "Cada vez que viene a mi casa el fontanero, se ríe de mi salario". "Nunca sabemos cuando vamos a necesitar la investigación básica", que es la que permite explicar "con datos" y "de forma razonable" esta realidad, subrayó el médico, quien expresó su confianza en que, en adelante, "se vea toda la falta de lógica de los movimientos antivacunas".