Nueva desgracia en plena práctica de ejercicio durante el confinamiento. Miguel Ángel García Sandianes, un hombre de 47 años de Pola de Siero, falleció de un infarto cuando montaba en bicicleta por una pista en Orviz (Siero). García era un gran aficionado al ciclismo, solía participar en marchas y entrenaba de manera constante. Circunstancia que hace que sus familiares estén aún más extrañados por su fallecimiento: "No somos capaces de creerlo. Si me dijeses que estaba enfermo...", resume una de sus hermanas. La de García es la segunda muerte que se produce durante la práctica de ejercicio en Asturias desde el pasado sábado, cuando se comenzó a permitir salir a hacer ejercicio con la desescalada del confinamiento. El primero fue un gijonés de 53 años que había salido a correr por un parque.

La muerte de García se produjo el martes por la tarde. Este se encontraba en Orviz, cerca de Pola de Siero, donde residía. Había salido con la bicicleta de montaña y recorría una pista de la zona cuando cayó desplomado por un infarto.

Las personas que pasaban por allí alertaron a los servicios de emergencias y a la Guardia Civil, que se desplazó desde Noreña. Sin embargo, nada se pudo hacer por salvarle la vida. El fallecimiento de García no cuadra del todo con una persona que hiciera un sobreesfuerzo tras el confinamiento. Aún así, los especilistar alertan de que la vuelta al ejercicio tras el confinamiento debe ser razonable y gradual. Su hermana Isabel García explica que era un gran aficionado al ciclismo desde hace muchos años. "Tenía una gran colección de bicicletas y participaba todos los años en marchas cicloturistas", recuerda. Asimismo, indica que el hombre siguió ejercitándose durante los días que permaneció confinado en su domicilio. "Tenía una bici estática y estaba permanentemente dándole caña", afirma.

Su cuñado rememora que empezó siendo "muy aficionado al fútbol de chaval". Jugó en el Siero y, después, pasó al fútbol sala antes de decantarse por el atletismo. Finalmente acabó siendo un gran amante de las dos ruedas. "Tenía muchísimos amigos en las grupetas. Eran sus principales colegas", comenta la hermana del fallecido, habitual de los grandes puertos asturianos, pero también de los franceses.

Además de su notable actividad física, trabajaba en la empresa "Productos Álvarez" y anteriormente se había desempeñado elaborando quesos. Precisamente, el pasado martes había salido de trabajar y cogió su bicicleta a las ocho de la tarde para entrenar una hora. "Cogió la de montaña, aunque le gustaba más la de carretera, para dar un paseo más corto", explican sus familiares.

García tenía solo 47 años y deja una hija de 12. Sus allegados lo recuerdan como "un cacho de pan y muy amigo de la gente cercana". El poleso pasa a sumarse a la lista de fallecidos en práctica de ejercicio en plena desescalada. Sin embargo, en este caso sorprenden las circunstancias físicas del fallecido, que tenía una vida activa y, según su familia, siguió entrenando en casa. Los expertos llevan días advirtiendo de la necesidad de adecuar el ejercicio físico a las posibilidades de cada uno, dando tiempo a recuperar el ritmo de semanas de confinamiento.