Entre un metro y medio y dos de separación entre alumnos, llamamientos telemáticos, entradas controladas y más aulas y vigilantes de lo habitual. Los exámenes de acceso a la Universidad, la EBAU, serán el primer acto que movilice a grandes masas de población, y se han convertido en una prueba de fuego organizativa que la Universidad de Oviedo planifica al milímetro. Por ahora, Asturias únicamente baraja la opción de que, a partir del 25 de mayo, solo los alumnos que necesitan clases de preparación para la EBAU retornen a sus centros.