El inicio de la primera fase del desconfinamiento ha dejado a los hosteleros confusos y pendientes de nuevas explicaciones. Porque, aunque este lunes se autoriza la reapertura de la mitad de las terrazas, guardando dos metros de distancia entre mesas y con un máximo de diez personas por mesa o grupos de mesas, el decreto del Gobierno no aclara cuestiones como si los camareros estarán obligados a llevar mascarilla, como explicó ayer José Luis Álvarez Almeida, presidente de la patronal del sector OTEA. "Estamos estudiando contra reloj este decreto, que no deja claras cuestiones importantes, como los horarios. ¿Podrán estar las terrazas abiertas hasta la una de la noche? No se nos puede tratar así. No sabemos si los camareros tendrán que llevar mascarilla. Estamos a la espera de que se nos remitan más explicaciones", indicó.
Y añadió: "No se nos trata a todos igual. Deja en manos de los ayuntamientos que pueda doblarse el espacio de las terrazas, pero debe permitirse a todo el mundo. Parecen reglas hechas para establecimientos del Sur o establecimientos que dispongan de terreno y puedan tener terrazas amplias". El presidente de Otea indicó que muchos hosteleros ya han indicado que no abrirán el lunes, porque además, la meteorología asturiana no va a permitirlo. Además, cada municipio va por libre. Gijón ya ha dado a conocer sus normas, pero no otros concejos. Almeida mostró su temor a lo que pueda pasar: "Las policías locales de Gijón, Oviedo y Avilés tienen equipos jurídicos que les indican cómo interpretar las leyes. Pero, ¿qué va a pasar en los pueblos? El Gobierno regional tendrá que ayudarnos a interpretar el decreto".
En materia de higiene, la norma establece la limpieza y desinfección del equipamiento de la terraza, en particular mesas, sillas y otras superficies de contacto. Además, se priorizará la utilización de mantelerías de un solo uso o que se puedan cambiar y lavar fácilmente. Y se deberá poner a disposición del público dispensadores de geles hidroalcohólicos o desinfectantes. También se evitará el uso de cartas de uso común, optando por dispositivos electrónicos, pizarras o carteles. La vajilla, cristalería, cubertería o mantelería, entre otros, se almacenarán en recintos cerrados, se eliminarán productos de autoservicio como servilleteros, palilleros, vinagreras, aceiteras y similares. Y los aseos solo se podrán usar de uno en uno.
