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Mercados en sus puestos

l Las medidas de distanciamiento social marcan la venta al aire libre: sin tocar y con mascarilla y gel hidroalcohólico - l "Si te proteges tú, proteges al resto", dicen los vendedores

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El mercado de los lunes de Avilés vuelve a la actividad

Las zabarceras de Avilés, trasladadas unos metros más allá de su escenario habitual del mercado del lunes, en la plaza de los Hermanos Orbón, eran ayer la imagen de un escenario garantista donde se buscó una solución "cómoda", en palabras de la alcaldesa, Mariví Monteserín, donde las medidas sanitarias -distancia entre puestos de dos metros y medio- se combinaba con "la apuesta por el consumo local. No hay nada más local que lo que producen en su tierra las personas más cercas: nuestros agricultores", subrayó la regidora.

En Piloña únicamente se permitió la instalación de puestos de alimentación, que distribuyó la Policía Local. Así sucederá de nuevo el día 18, donde el protocolo será idéntico. El Ayuntamiento, recuerda el alcalde, Iván Allende, "incluyó las medidas de instalar cubos de basura, geles y carteles de recomendaciones en las dos entradas al recinto". Además, miembros de Protección Civil repartieron mascarillas entre los visitantes para dejar una imagen de "un Infiestu muy animado" y de una sociedad "con un comportamiento muy cívico".

En Belmonte, en teoría, se celebran los lunes, pero ayer no hubo. El Ayuntamiento aún no los ha permitido. Por su parte, Tapia recuperó ayer su mercado semanal. El Ayuntamiento solo permitió la instalación de cinco puestos de agroalimentación, evitando los de ropa y calzado porque exigen otras medidas de higiene para evitar los contagios por coronavirus. Los puestos se colocaron a una distancia de al menos 2,5 metros. El gobierno también decidió hacer un sentido único para el peatón y señalizar zonas de entrada y salida en la céntrica plaza de Campogrande. También consideró pertinente proporcionar gel hidroalcohólico, mascarillas y guantes a los clientes e instalar una papelera para desechar las protecciones fuera del mercado. La alcaldesa, Ana Vigón, valoró de forma positiva la experiencia. "Creo que cumplimos nosotros y han cumplido los tapiegos", dijo. A lo largo de la mañana accedieron al improvisado recinto casi un centenar de personas. Una de ellas fue Marta Sobrino, de 35 años. "Hacer así la compra parece raro, pero tenemos que acostumbrarnos", explicó. Le tocó esperar turno y atender a las indicaciones de los trabajadores de los puestos. "Al final, no poder tocar la fruta es algo normal", destacó, y añadió que la experiencia "resultó extraña, pero no mala porque si te proteges tú, proteges al resto; es una señal de respeto". En otras capitales del Occidente, como Boal, Vegadeo y Luarca, recuperarán sus mercados entre esta semana y la próxima.

Desde la Agencia de Seguridad Alimentaria del Principado apelaron ayer a la prudencia de los ayuntamientos que decidan autorizar mercadillos al aire libre. El organismo recuerda que los puestos deben respetar los requisitos higiénico-sanitarios para la venta de alimentos y dar prioridad a los productos de primera necesidad, evitando la manipulación directa.

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